La “señal Wow!” ha sido una de las mayores incógnitas del espacio durante más de 40 años. En 1977, el telescopio The Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio captó una señal de radio tan fuerte que fue considerada la más potente jamás registrada.
En ese entonces, Jerry Ehman, el radioastrónomo que la descubrió, se quedó completamente asombrado al verla entre los datos: ¡el pico de intensidad fue 30 veces más fuerte que los ruidos normales del universo! Y cuando vio el dato, simplemente escribió: “Wow!” (¡guau!). 😲
Desde entonces, muchos astrónomos han intentado sin suerte volver a encontrarla o dar con una explicación. A lo largo de los años, varias teorías han surgido, algunas descartadas y otras esperando confirmación. Uno de los rumores más fuertes fue que podría tratarse de un mensaje de vida extraterrestre.
Sin embargo, ahora un equipo liderado por Abel Méndez, experto en astrobiología planetaria de la Universidad de Puerto Rico, ha propuesto una nueva teoría. ¡Y no tiene nada que ver con aliens! Según ellos, la señal Wow! podría tener un origen natural.
Méndez y su equipo estaban analizando datos del colapsado Radiotelescopio de Arecibo, uno de los más grandes del mundo, buscando señales de vida en áreas que se consideran “habitables”. Durante su investigación, se dieron cuenta de que había señales bastante parecidas a la Wow!, lo que les hizo pensar que tal vez había algo detrás de esa extraña señal.
A partir de junio de 2024, comenzaron a analizar a fondo este hallazgo, replicando los métodos usados cuando se detectó la Wow! por primera vez. Y en apenas un mes de trabajo, ¡encontraron señales muy similares! 🛸
El análisis sugiere que las señales podrían ser causadas por nubes densas de hidrógeno en el espacio, que fueron “activadas” por la radiación de una estrella de neutrones. Esta combinación provocó ondas tan potentes como la famosa señal Wow!.
El problema es que el telescopio de The Big Ear no tenía la sensibilidad necesaria para captar señales tan débiles. Según Méndez, las ondas de hidrógeno son habitualmente demasiado débiles para ser detectadas, a menos que algo las “impulse”, como lo hizo la estrella de neutrones.
Este estudio, que se publicará pronto en el Astrophysical Journal, ofrece una explicación física para lo que muchos consideraban un misterio de origen alienígena.
Pero ojo, que aunque ahora hay una explicación natural, Méndez no cierra totalmente la puerta a la posibilidad de que haya algo más allá. Aunque, por el momento, las evidencias apuntan a que lo más probable es que la señal Wow! no sea de extraterrestres.
El equipo sigue trabajando en el proyecto, que ya tiene nombre: Arecibo 1. Su objetivo ahora es seguir explorando el espacio y, tal vez, en el futuro, encontrar pruebas de vida fuera de nuestro planeta. 🌌