Bajo nuestros pies se encuentra una fuente de energía prácticamente ilimitada: el calor geotérmico. El gran reto es llegar lo suficientemente profundo para aprovecharla.
En lugares como Islandia, donde la actividad volcánica es intensa, esta energía no está oculta; ¡se sale a la superficie! Con más de 200 volcanes y decenas de fuentes termales naturales, Islandia es un paraíso para quienes buscan explotar el calor terrestre. Piscinas de agua humeante y géiseres que lanzan chorros de vapor son solo algunos de los espectáculos naturales que brindan esta energía tan poderosa.
Hoy en día, Islandia calienta el 85% de sus viviendas con geotermia, y el 25% de su electricidad proviene de plantas que aprovechan esta energía subterránea. Es como tener una fuente casi ilimitada de energía verde, ¡y siempre activa! A diferencia de fuentes como la solar o la eólica, la geotermia está disponible 24/7, ya que el calor emana constantemente del núcleo de la Tierra.
Sin embargo, solo 32 países en todo el mundo tienen plantas de energía geotérmica, y juntas, producen solo 97 TWh de electricidad al año, lo que es menos de la mitad de lo generado por los paneles solares en EE.UU.. La buena noticia es que la geotermia tiene el potencial de mucho más. Científicos calculan que esta fuente podría generar entre 800 y 1,400 TWh de electricidad para mediados de siglo, ¡y hasta 3,800 TWh adicionales para calefacción de casas y oficinas!
Pero para aprovechar esta energía, el reto está en alcanzar las temperaturas necesarias. Mientras que en Islandia es relativamente fácil perforar hasta los 350°C a una profundidad de 2,5 kilómetros, los pozos más profundos llegan a los 600°C a 4,6 kilómetros de profundidad, como los del sitio Reykjanes.
Para acceder a los agua supercaliente de las profundidades, es necesario perforar más y más. Cuando el agua llega a temperaturas de más de 374°C y presiones por encima de los 220 bares, entra en un estado “supercrítico” que la convierte en una fuente de energía masiva. Un pozo de este tipo podría generar hasta diez veces más energía que los pozos convencionales, pero la perforación profunda es una tarea muy costosa y complicada.
La perforación tradicional con brocas rotativas no está diseñada para resistir las altísimas presiones y temperaturas extremas de las profundidades. Sin embargo, nuevas tecnologías están cambiando las reglas del juego. Quaise Energy, por ejemplo, está trabajando con un método de perforación innovador utilizando microondas. Este sistema calienta la roca a temperaturas de hasta 3,000°C para vaporizarla sin crear escombros, lo que permite perforar más rápido y sin desgaste de herramientas.
Otra empresa, GA Drilling, está desarrollando un taladro de plasma pulsado, que desintegra la roca mediante descargas eléctricas sin derretirla, lo que facilita la perforación en grandes profundidades. Y más allá de los límites terrestres, algunas compañías están utilizando tecnología desarrollada para misiones en Venus, donde las temperaturas pueden llegar a los 475°C, adaptándola para perforar los niveles más profundos de la Tierra.
En Alemania, la empresa Eavor está utilizando una tecnología innovadora que hace circular agua caliente a través de un sistema cerrado bajo tierra, creando un circuito de energía similar a un radiador gigante. Este método no solo reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también permite que la energía geotérmica se aproveche en áreas urbanas.
El futuro de la energía geotérmica es prometedor, pero la gran pregunta sigue siendo: ¿lograrán los científicos perforar lo suficientemente profundo para aprovechar toda esta energía que la Tierra nos ofrece? 🌍