Un reciente estudio ha revelado que más de la mitad de los propietarios de vehículos Tesla han optado por cambiar sus autos eléctricos por modelos de gasolina. Este fenómeno, que podría interpretarse como un retroceso en la adopción de la movilidad eléctrica, pone de manifiesto las limitaciones que muchos usuarios encuentran en los vehículos eléctricos, particularmente en términos de autonomía y conveniencia para viajes largos.
Aunque Tesla ha liderado la revolución de los autos eléctricos, la realidad es que un 51% de sus antiguos dueños han decidido volver a los autos de combustión interna, citando preocupaciones sobre la autonomía y la falta de infraestructura de carga adecuada, especialmente en viajes largos. Este dato es especialmente revelador en países donde se esperaba que la transición hacia la electrificación fuera más fluida.
El estudio también indica que solo un 10% de los antiguos propietarios de Tesla optaron por otro vehículo eléctrico de una marca diferente, lo que sugiere que las dificultades no son exclusivas de Tesla, sino que reflejan un desafío más amplio en la industria de vehículos eléctricos.
Este cambio de preferencia representa un desafío significativo para la industria automotriz, que ha invertido considerablemente en el desarrollo de vehículos eléctricos como una solución sostenible para el futuro. Sin embargo, la experiencia de los usuarios muestra que aún hay barreras importantes que superar, tanto tecnológicas como infraestructurales, para que la transición sea verdaderamente efectiva.