Los grandes nombres de la #IAa le apuestan a la #EnergíaNuclear: ¿salvación o negocio propio?

Cada vez más, los pesos pesados de la tecnología parecen estar viendo la energía nuclear como la clave para el futuro. Y no solo están apoyando esta fuente de energía, sino que también están invirtiendo directamente en empresas nucleares. 😯

Uno de los grandes involucrados es Sam Altman, el presidente de Oklo, una empresa que está desarrollando reactores nucleares innovadores, muy alejados de los tradicionales. Y no, no estamos hablando de OpenAI, la famosa empresa de inteligencia artificial que también dirige Altman, sino de esta nueva apuesta en el mundo nuclear. ¿Por qué? Porque, según los líderes del sector tecnológico, la IA necesita mucha energía para seguir avanzando, y la nuclear podría ser la solución ideal para hacerla realidad.

El gran problema es que la demanda de energía está subiendo a pasos agigantados. Los centros de datos están devorando electricidad a un ritmo impresionante, y no es solo para soportar nuestras vidas digitales, sino también para alimentar la tecnología de IA que promete cambiarlo todo. Según UBS, la demanda de electricidad podría subir al 9% del total en EE.UU. para 2030. Y esto pondría a las empresas tecnológicas en una situación incómoda, pues la oferta de energía podría no ser suficiente. 😬

A lo largo de los años, los gigantes tecnológicos han hecho eco de que la energía nuclear es esencial para un futuro más sostenible, destacando su fiabilidad frente a fuentes renovables como la solar o la eólica, que dependen del clima. De hecho, Microsoft está trabajando en la reapertura de un reactor en Three Mile Island, que sufrió un accidente en 1979, con planes de activarlo nuevamente para 2028 y alimentar su expansión de IA. Amazon y Meta no se quedan atrás, con sus propias iniciativas para asegurar energía nuclear para sus operaciones.

La necesidad de una fuente de energía constante para los centros de datos que operan 24/7 se hace más urgente, como explica Anna Erickson, profesora de ingeniería nuclear en Georgia Tech: “Los centros de datos no pueden depender de que el viento sople o de que haya sol para funcionar. Necesitan algo que funcione siempre”.

Pero la cosa no se queda ahí. Altman, conocido por su rol en OpenAI, también está invirtiendo en Helion Energy, una startup de energía nuclear que utiliza una tecnología distinta a la de Oklo. Y no es el único: Dustin Moskovitz de Asana, Reid Hoffman de LinkedIn y Peter Thiel están apostando por Helion.

Y más nombres suenan fuerte en el tema nuclear. Bill Gates, por ejemplo, respalda TerraPower, que está construyendo un reactor nuclear en Wyoming. Google, Amazon y Jeff Bezos están metiendo dinero en startups como TAE Technologies y X-energy, que buscan innovar en el ámbito nuclear.

El movimiento a favor de la energía nuclear está tomando fuerza, respaldado por la política. Joe Biden firmó en julio una ley que facilita la construcción de nuevos reactores, y durante la COP28 se comprometió a triplicar la capacidad global de energía nuclear para 2050. Es un intento de hacer frente al cambio climático, que requiere fuentes de energía limpias y confiables.

¿Pero qué opinan los expertos? Algunos se muestran escépticos y apuntan que estos gigantes de la tecnología están más interesados en asegurar su propio futuro energético que en beneficiar realmente al público. Sharon Squassoni, profesora de la Universidad George Washington, apunta que las grandes empresas tecnológicas están priorizando sus propios intereses sobre el bienestar colectivo.

Además, hay voces que advierten que la presión de estos gigantes por aflojar regulaciones podría poner en riesgo la seguridad pública, algo que preocupa a Edwin Lyman, director de Seguridad de Energía Nuclear en la Unión de Científicos Preocupados.

En cuanto a Oklo, la startup de Altman, sus reactores modulares pequeños podrían ser una solución para los centros de datos. Jacob DeWitte, CEO de Oklo, explica que la fisión nuclear es una excelente opción para una energía confiable, escalable y limpia, especialmente en un futuro donde la IA demandará aún más energía.

Aunque Oklo aún está en fases tempranas y no está generando dinero, la compañía ya ha logrado acuerdos para vender energía a centros de datos, y su valor de acciones ha aumentado considerablemente. Pero como advierte Sharon Squassoni, todo esto sigue siendo teoría y el camino hacia una implementación real es largo y costoso.

En resumen, la energía nuclear se perfila como una de las posibles soluciones para hacer frente a las crecientes demandas energéticas impulsadas por la tecnología. Pero, como siempre, hay muchas incógnitas sobre los riesgos y beneficios reales para el público, más allá de los intereses de los gigantes tecnológicos.

Autor Itzel G. Bandala

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