Los #Republicanos retoman el control total en #Washington y se preparan para una era #Trump sin frenos.

Los republicanos han reafirmado su dominio en Washington, asegurando el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado en el nuevo periodo de Donald Trump como presidente, este miércoles tras proyectar los resultados de las elecciones en California y Arizona. Este logro marca el inicio de una era de gobierno populista y de derecha, impulsado por una mayoría republicana dispuesta a implementar cambios profundos en Estados Unidos.

Con ambas cámaras del Congreso bajo su control, el Partido Republicano le ofrece a Trump vía libre para avanzar en una ambiciosa agenda que incluye reducciones drásticas en impuestos, una política migratoria rígida y reformas en el ámbito interno y externo. El fallo reciente de la Corte Suprema, que concede una mayor inmunidad al presidente en funciones, refuerza aún más el poder de Trump, quien podría sentirse respaldado para tomar decisiones amplias y sin limitaciones.

El liderazgo del Senado ahora estará en manos de John Thune, recién elegido como líder de la mayoría, quien trabajará junto con Trump en la elección de altos funcionarios y miembros del gabinete, en su mayoría leales al nuevo presidente. De hecho, el equipo de Trump ya se comprometió a llevar a cabo una serie de reformas clave en los primeros 100 días, en una estrategia de “Hacer a EE.UU. grande de nuevo” que aprovechará las inquietudes del público sobre temas como el aumento de precios y la inmigración indocumentada.

En el Senado, los republicanos ahora cuentan con 52 escaños, aunque algunas decisiones importantes requerirán 60 votos para evitar obstrucciones. Aun así, los líderes del partido podrían recurrir a métodos presupuestarios, una táctica que el expresidente Joe Biden utilizó en su mandato para avanzar en su agenda.

La reelección de Mike Johnson como presidente de la Cámara de Representantes ha sido un triunfo en un entorno interno a menudo caótico y dividido. La ajustada mayoría en la Cámara significaba que cualquier miembro podía causar revuelo, y la intervención de Trump y algunos de sus seguidores vocales complicaban las cosas aún más. Con la presidencia en manos de Trump y un Congreso alineado con sus intereses, el liderazgo de Johnson podría lograr la estabilidad y unidad que necesita. Sin embargo, algunos de los nuevos miembros de la Cámara podrían ser considerados para ocupar cargos en el gabinete de Trump, lo cual generaría posibles vacantes que mantendrían a Johnson en constante movimiento.

Por su parte, los demócratas no lograron recuperar la Cámara pese a sus esperanzas de convertirla en un contrapeso a la administración de Trump. Su objetivo era recuperar escaños en distritos de Nueva York y California, donde el presidente Biden había ganado en el pasado. No obstante, la sólida victoria de Trump en estas elecciones limitó las oportunidades de los demócratas y complicó sus esfuerzos, especialmente en distritos clave como el de Don Bacon en Omaha, Nebraska, y en estados como Pensilvania y Michigan.

A pesar de estos resultados, los demócratas lograron retener algunos escaños valiosos, como el de Marie Gluesenkamp Pérez en el estado de Washington, y otros en Ohio y Maine. No obstante, los republicanos han afianzado su posición en lugares donde los demócratas tenían posibilidades, extendiendo el proceso de conteo en regiones como California, Oregón, Arizona, Iowa y Alaska.

Johnson, quien asumió la presidencia de la Cámara tras la destitución de Kevin McCarthy en 2023, ha construido una estrecha relación con Trump en un intento por mantener la Cámara y, de ser posible, ampliar la mayoría. En la noche de las elecciones, Johnson celebró en Mar-a-Lago con el equipo de Trump y ha estado coordinándose con el equipo de transición del nuevo presidente. En una carta a sus colegas, Johnson enfatizó la importancia de “entregar resultados para el pueblo desde el primer día” y trabajar con el Senado republicano para lograr una serie de reformas conservadoras junto a la administración Trump.

En el horizonte, Johnson y el Partido Republicano enfrentan una posible crisis presupuestaria al tener que aumentar el límite de endeudamiento del Gobierno, una decisión que podría generar tensiones entre los miembros más conservadores del partido, quienes preferirían evitar un conflicto que pudiera incomodar a Trump.

Los republicanos han vuelto a tomar las riendas de Washington, y con Trump en la Casa Blanca, se espera que avancen con paso firme hacia una administración sin limitaciones y con una agenda que marcará un giro importante para Estados Unidos.

Autor Itzel G. Bandala

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