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Una propuesta de nuevas elecciones en Venezuela, impulsada inicialmente por el principal asesor de política internacional de Lula da Silva y apoyada luego por Colombia, ha sido rechazada tanto por el gobierno de Nicolás Maduro como por la oposición, liderada por María Corina Machado.
Maduro desestimó la idea argumentando que los problemas internos de Venezuela deben resolverse dentro del país, utilizando sus propias instituciones y leyes. Explicó que no practica la “diplomacia de micrófono” y que Venezuela ya cuenta con un calendario electoral y poderes públicos encargados de velar por su cumplimiento.
El mandatario venezolano también señaló que, aunque mantiene una comunicación constante con Gustavo Petro, presidente de Colombia, no tiene intención de hacer sugerencias sobre cómo debería actuar su vecino país. Lula también expresó que Maduro debe una explicación a la sociedad venezolana sobre las elecciones recientes.
Por su parte, la opositora María Corina Machado tampoco apoya la idea de repetir las elecciones. Afirmó que el pueblo venezolano ya votó, incluso bajo las reglas impuestas por el gobierno actual, y que hablar de nuevos comicios es una falta de respeto al pueblo y al proceso que tuvo lugar el 28 de julio.
En medio de este panorama, Maduro solicitó la intervención del Tribunal Supremo de Justicia para ratificar su victoria, una acción cuestionada por expertos, quienes aseguran que esta medida no está contemplada en la legislación venezolana.
Aunque el presidente Joe Biden inicialmente pareció apoyar la propuesta de Petro y Lula para nuevas elecciones, la Casa Blanca posteriormente aclaró que Biden se refería a lo absurdo de que Maduro no aclarara los resultados de las elecciones en Venezuela.
Finalmente, Maduro rechazó cualquier intento de Estados Unidos de actuar como autoridad electoral en Venezuela o en cualquier otra nación, señalando que Washington no tiene derecho a interferir en los asuntos internos de su país.
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