El 26 de agosto, un grupo numeroso de trabajadores del Poder Judicial se reunió en el Ángel de la Independencia para protestar contra la reforma judicial impulsada por el presidente López Obrador. La propuesta, que pretende ajustar las estructuras internas del sistema judicial, ha sido vista por muchos como una amenaza a la independencia del Poder Judicial.
Los manifestantes expresaron su preocupación sobre cómo estas modificaciones podrían influir en la imparcialidad de las decisiones judiciales. Temen que la reforma permita al Ejecutivo ejercer un control excesivo sobre el Poder Judicial, debilitando la separación de poderes en el país.
A pesar de las críticas, AMLO ha defendido la reforma como una medida necesaria para erradicar la corrupción en el sistema judicial. Sin embargo, expertos y opositores argumentan que la propuesta podría tener efectos negativos a largo plazo en la democracia mexicana.
Durante la protesta, se vieron pancartas con mensajes de rechazo a la reforma y se escucharon consignas que cuestionaban la transparencia del proceso de elaboración de estas reformas. Algunos manifestantes señalaron que la falta de consulta pública adecuada es una señal preocupante de las intenciones detrás de los cambios propuestos.
Esta manifestación es solo la más reciente en una serie de eventos que muestran la creciente preocupación entre la ciudadanía y diversos sectores sobre las políticas del actual gobierno. A medida que avanza el debate, la tensión entre el Poder Ejecutivo y el Judicial parece intensificarse, dejando en duda el futuro de la independencia judicial en México.