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Mariana Rodríguez, influyente figura en Nuevo León y esposa del gobernador Samuel García, ha lanzado severas críticas contra los partidos PRI y PAN, acusándolos de arrebatar la presidencia del Congreso local de forma ilegítima. Según Rodríguez, la elección del nuevo presidente no siguió los procedimientos adecuados, sugiriendo que hubo una estrategia coordinada entre ambos partidos para asegurar el control de la legislatura.
Rodríguez argumenta que esta acción representa un intento de bloquear las reformas propuestas por la administración actual, lo que podría obstaculizar el progreso del estado. En sus declaraciones, subrayó que estos partidos han recurrido a tácticas de “vieja política”, buscando mantener su influencia en el Congreso sin respetar la voluntad popular expresada en las urnas.
Además, hizo un llamado a la ciudadanía para que se mantenga vigilante y exija transparencia y rendición de cuentas en el proceso legislativo. Rodríguez enfatizó la importancia de que el Congreso actúe en función de los intereses del pueblo de Nuevo León y no de agendas partidistas.
El conflicto ha intensificado las tensiones políticas en el estado, poniendo de relieve las divisiones entre el gobierno estatal y los partidos de oposición. Mientras tanto, los líderes del PRI y PAN han defendido su posición, argumentando que actuaron dentro del marco legal, pero las acusaciones de Rodríguez han generado un debate sobre la integridad del proceso democrático en el Congreso de Nuevo León.
Este enfrentamiento pone de manifiesto las luchas de poder en el estado y el desafío de implementar una gobernanza transparente y democrática en un contexto de fuertes rivalidades políticas.
