Elementos de la Marina, adscritos a la Guardia Nacional, solicitaron a Claudia Sheinbaum, presidenta electa, que los mantenga bajo el mando de la Marina y no de la Sedena. Los marinos expresaron su descontento por el trato denigrante y la falta de oportunidades de ascenso y capacitación bajo el mando de la Sedena. También denunciaron acoso laboral y sexual, así como la obligación de pagar por servicios que deberían ser gratuitos, como alimentos y atención médica. Los marinos urgieron a Sheinbaum a escuchar sus demandas y evitar su transferencia a la Sedena.
En junio de 2024, los veteranos de la Marina asignados a la Guardia Nacional fueron notificados de su reintegración a su institución original. Sin embargo, los elementos contratados a partir de 2019 temen perder sus derechos laborales al ser transferidos a la Sedena sin su consentimiento. Los marinos argumentan que la Sedena maneja sus recursos de manera diferente, exigiendo pagos por servicios básicos y fomentando un ambiente de discriminación.
El personal de la Marina asignado a la Guardia Nacional ha enfrentado situaciones difíciles, como la exclusión de programas de capacitación y la falta de suministros esenciales. Las mujeres marinas han denunciado acoso sexual, siendo enviadas a operaciones lejos de sus agresores como única medida correctiva. Los marinos exigen ser escuchados y mantener su pertenencia a la Marina, en lugar de ser transferidos a una institución que consideran corrupta y abusiva.
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