En la pequeña comunidad de Wilsonville, Oregon, David Farley, un médico conocido y respetado, ha sido el centro de graves acusaciones de abuso sexual. Decenas de mujeres han salido a la luz afirmando haber sido víctimas de Farley, quien utilizaba su posición de confianza para cometer abusos durante consultas médicas.
Nicole Snow, una de las víctimas, relata que desde su adolescencia fue sometida a abusos repetidos por parte de Farley. A pesar de sus intentos por evitarlo, Farley la manipuló con tácticas de intimidación, realizando exámenes ginecológicos y mamarios excesivos e innecesarios. Snow, que ahora tiene 32 años, recuerda cómo la presión de su entorno y el abuso sistemático la hicieron sentir que era normal lo que estaba ocurriendo.
Katie Medley y Lisa Pratt, otras víctimas, también compartieron sus experiencias. Medley, quien fue paciente de Farley durante cuatro años, se vio sometida a múltiples exámenes pélvicos innecesarios y dolorosos, mientras que Pratt describió cómo Farley abusó de ella bajo el pretexto de exámenes médicos. Ambas mujeres encontraron consuelo y fortaleza al conectar sus historias con otras sobrevivientes.
La investigación que siguió a las denuncias llevó a la revocación de la licencia médica de Farley en septiembre de 2020, tras ser hallado culpable de conducta poco profesional y negligencia. Sin embargo, para sorpresa y desilusión de las víctimas, un jurado investigador decidió que no había pruebas suficientes para presentar cargos penales contra él.
Las mujeres afectadas, incluyendo a Snow, Medley y Pratt, han enfrentado obstáculos significativos en su búsqueda de justicia. A pesar de las dificultades, están decididas a continuar luchando y a hablar sobre sus experiencias para prevenir futuros abusos.