amaneciendo.com.mx Tu ventana al mundo
Durante años, se ha culpado a los humanos de la extinción de la megafauna, pero un nuevo estudio sugiere que este proceso comenzó mucho antes de nuestra aparición en el planeta. Investigaciones recientes, lideradas por Juan Luis Cantalapiedra y Faysal Bibi, indican que la desaparición de estos gigantes fue un fenómeno natural e inevitable.
Los autores del estudio, publicado en Science, analizan diversas hipótesis para explicar la extinción de estos enormes animales, que surgieron en el Cenozoico como sucesores de los dinosaurios del Mesozoico. Los fósiles estudiados demostraron que la extinción de la megafauna no fue provocada por la presencia humana, planteando la pregunta: ¿qué causó entonces su desaparición?
Te sugerimos: El plan para ‘traer a la vida’ a especies que los seres humanos orillamos hasta la extinción
Crónica de una extinción anunciada.
Según el estudio, existe una relación proporcional entre el tamaño de una especie y su número de individuos: a mayor tamaño, menor población. Esta proporción fue clave para que muchos animales desaparecieran o evolucionaran hacia especies más pequeñas con una mayor densidad poblacional.
Cantalapiedra y Bibi, al estudiar fósiles de animales gigantes en África, observaron una reducción en la abundancia de grandes mamíferos durante el Plioceno tardío y el Pleistoceno, lo que permitió la proliferación de especies más pequeñas que aún habitan las sabanas africanas.
Los datos fósiles respaldan la hipótesis de que la extinción de la megafauna comenzó millones de años antes de la aparición humana. Así, aunque los humanos presenciaron la desaparición de muchas especies de mamíferos, solo fueron testigos de un proceso milenario.
La extinción de la megafauna se debió a las plantas.
Otra posible explicación se encuentra en el reino vegetal. Comparando las características de los dientes de los mamíferos a lo largo del tiempo, se determinó que la capacidad reproductiva de las plantas disminuyó durante el Mioceno tardío. Esto sugiere que la disminución en la productividad de las plantas contribuyó a la extinción de la megafauna, relegando el impacto humano a un papel menor en este proceso natural.
