En una jornada llena de tensión y expectación, la selección mexicana logró asegurar su boleto para la Copa América al vencer a Honduras 4-2 en una emocionante tanda de penales después de un empate 2-2 en tiempo reglamentario y tiempos extra. El encuentro, disputado en el icónico estadio Azteca, dejó a la afición con sentimientos encontrados y una victoria que, aunque celebrada, no logró calmar por completo las críticas y dudas que rodean al equipo y a su entrenador, Jaime Lozano.
Desde el inicio del partido, las ilusiones de la afición se vieron amenazadas por la presión de una realidad que no ha favorecido a la selección en los últimos encuentros. La derrota en el partido de ida en Tegucigalpa (2-0) complicó el escenario para México, que se vio obligado a ganar por tres goles y mantener su portería a salvo para evitar tiempos extra o penales. El ambiente en el estadio reflejó la tensión, con silbidos de descontento y críticas hacia el equipo y su entrenador.
El representativo tricolor mostró determinación en el terreno de juego, destacando el esfuerzo de jugadores clave como Uriel Antuna e Hirving Lozano. A pesar de los intentos constantes, el primer gol no llegó hasta un impresionante tiro libre de Luis Chávez cerca del final del primer tiempo (minuto 43), rompiendo la tensión acumulada en el estadio.
La esperanza de una victoria más clara se vio amenazada cuando Julián Quiñones, convocado mediante naturalización, desperdició una oportunidad clara de gol que habría llevado el partido a tiempos extra. Este momento crucial generó frustración y críticas por parte de los aficionados, expresadas a través de pancartas y gritos desde las gradas.
La tensión aumentó aún más cuando Edson Álvarez anotó un gol agónico en los minutos finales, forzando una prórroga que estuvo marcada por la expulsión de dos jugadores hondureños. La definición en penales, sin el portero Memo Ochoa, estuvo a cargo de Luis Malagón, quien detuvo el primer penal y allanó el camino para la victoria final de México por 4-2.
A pesar del triunfo, las críticas y dudas persisten en la mente de los aficionados, reflejando la compleja relación entre el equipo y su base de seguidores. La incertidumbre sobre el rendimiento futuro del equipo y la dirección del entrenador Lozano sigue siendo un tema candente, a pesar de la clasificación para la Copa América.