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En medio de las negociaciones del T-MEC, México se enfrenta a la presión de Estados Unidos por las exportaciones chinas trianguladas a través de México. Con la administración de Joe Biden evaluando sanciones adicionales, el futuro de la producción de vehículos eléctricos y otros productos está en juego. En 2023, México tuvo un déficit comercial significativo con China, lo que resalta la necesidad de definir una estrategia productiva clara. La clave será aumentar la competitividad local y establecer programas de producción sostenibles para enfrentar la preponderancia china.
El nuevo gobierno mexicano debe anticiparse en la renegociación, no solo estableciendo normas comerciales, sino definiendo los esquemas de producción que buscará en los próximos años. La preponderancia de China en la producción de vehículos eléctricos, con un 58% de la producción global, es un desafío significativo. Es esencial desarrollar programas productivos que permitan aprovechar esta revolución tecnológica y combinarla con los objetivos nacionales.
Para enfrentar este reto, México debe enfocarse en aumentar los requisitos de contenido local, promover la transferencia de tecnología y apoyar a las pequeñas y medianas empresas. La inversión en investigación y desarrollo, así como la capacitación de la fuerza laboral en tecnologías avanzadas, serán fundamentales.
La negociación del T-MEC debe estar respaldada por un esquema amplio de reconversión productiva, donde la Secretaría de Economía acuerde nuevas reglas con el sector productivo para ampliar el horizonte tecnológico del país. Este rediseño estratégico permitirá a México competir en el complejo mundo de las nuevas tecnologías y enfrentar los retos de la economía china.
