La nueva movida comercial del expresidente Donald Trump sacudió al mundo entero: impuestos a las importaciones de más de 60 países. Pero mientras varios países asiáticos se tambalean, México salió librado y hasta fortalecido del golpe.

Los nuevos aranceles de EE.UU., que pueden llegar hasta el 47%, afectarán directamente al precio de los productos. ¿Cómo? Sencillo: si sube el costo de traer piezas del extranjero, eso se traslada a lo que tú pagas como consumidor. Por cada 10% de arancel, se estima que los precios suben un 4%, así que el efecto en la inflación es inevitable.
Aunque Trump anunció una pausa de 90 días para negociar los llamados “aranceles recíprocos”, sí mantuvo un mínimo del 10% para casi todas las importaciones. Eso sí, quedaron exentos dispositivos como celulares, computadoras, semiconductores y tarjetas de memoria.
Y en esta tormenta, México y Canadá lograron esquivar el golpe más fuerte. Lo confirmó el propio Marcelo Ebrard, secretario de Economía, quien publicó en X: “no estamos incluidos en los aranceles recíprocos del 10% anunciados”.
Aunque sí sigue vigente el arancel del 25% para productos que no están cubiertos por el T-MEC, como el acero y el aluminio, el tratado comercial firmado previamente por Trump protege gran parte de lo que México le exporta a EE.UU.

💡 ¿Resultado? México queda mejor parado frente a sus competidores globales.
📉 Asia bajo presión, México al alza.
Desde el Departamento de Investigación Económica de Banamex, aseguran que México se encuentra en una posición más ventajosa que países como China, Vietnam e Indonesia, quienes ahora enfrentan cargas arancelarias mucho más pesadas.
A pesar de que EE.UU. busca incentivar su industria interna, los analistas señalan que México gana competitividad en el escenario global, ya que no fue incluido en la lista negra comercial.
Devan Kaloo, de Aberdeen Investments, explica que el mercado laboral estadounidense no tiene cómo cubrir toda la demanda de productos baratos que antes llegaban de Asia. ¿Solución? Mirar al sur: México.
“La mano de obra mexicana es abundante, barata y está al lado. Eso no lo tiene nadie más”, explicó Kaloo. México tiene una población de 133 millones de personas, y los salarios en manufactura son comparables o incluso más bajos que en China si se consideran los aranceles.
Joaquín Barrera Alonso, de Sura Investment, pone un dato sobre la mesa: “Un trabajador mexicano del sector manufacturero gana hasta cuatro veces menos que uno en EE.UU.”. Y la cercanía con el mercado estadounidense es un bono extra que pocas naciones pueden presumir.
🍅 Ventaja geográfica y comercial.
México no solo tiene mano de obra barata, también juega con la ventaja de estar pegado a EE.UU. En productos sensibles como los alimentos frescos, esa cercanía es crucial: el 80% de las verduras frescas que llegan a EE.UU. vienen de México y Canadá. Estos productos también quedaron fuera del castigo arancelario.
Desde la pandemia, la interconexión industrial entre México y EE.UU. creció, y muchas empresas ya están bien establecidas en territorio mexicano. Cambiarse a EE.UU. les saldría carísimo.
Además, México ya domina la normativa de comercio estadounidense, lo que facilita aún más la colaboración entre ambos países. Las empresas gringas lo saben: invertir al sur les sale más barato y eficiente.
😬 Pero no todo es miel sobre hojuelas…
Aunque México salió bien parado, los expertos advierten que esto no garantiza una lluvia de inversiones inmediatas.
Arantza Alonso Berbotto, de Verisk Maplecroft, lo resume así: “Sí, tenemos una ventaja, pero eso no significa que se vayan a abrir fábricas por montones mañana mismo”. Además, recuerda que México sigue teniendo aranceles en ciertos sectores, lo cual no encaja con la idea de libre comercio total bajo el T-MEC.
Y lo más preocupante: las perspectivas económicas no son del todo estables. Los aranceles han empujado a la baja las proyecciones de crecimiento, y una posible recesión está en el radar.
En medio de este panorama, el gobierno de Claudia Sheinbaum está tratando de mantener una buena relación con Trump para evitar que la situación se complique más. Porque, como ella misma dijo, una guerra comercial no le conviene a nadie.
⏳ Lo que viene…
Todavía no está claro cuánto durarán estos aranceles, ni qué países lograrán renegociar condiciones. Pero por ahora, México y Canadá esquivaron la granizada.
La oportunidad está sobre la mesa, pero también el reto: que esas ventajas se traduzcan en empleos, crecimiento y estabilidad, en un entorno donde cualquier movimiento en Washington puede cambiar las reglas del juego.