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México y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para abordar el creciente flujo de migrantes en la frontera entre ambos países. Las autoridades mexicanas se reunieron con funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. en Ciudad Juárez para discutir medidas conjuntas. El acuerdo incluye un compromiso por parte de México de reducir la presión migratoria en sus ciudades fronterizas y tomar medidas para desalentar a los migrantes de utilizar el sistema ferroviario. Este desarrollo surge en medio de preocupaciones sobre el aumento en los cruces ilegales en la frontera, que alcanzaron más de 8,600 en un solo día esta semana.
El alcalde de Eagle Pass, Texas, ha declarado un estado de emergencia debido al aumento de la migración, mientras que el alcalde de El Paso advierte que su ciudad está al borde de un “punto de quiebre”. México también enfrenta un aumento en la migración en su frontera sur, con alrededor de 6,000 migrantes ingresando diariamente. El acuerdo implica deportar a los migrantes a sus países de origen por tierra y aire, así como coordinarse con otros países para recibir a sus ciudadanos deportados. Sin embargo, expertos señalan que la violencia en ciertas partes de México está impulsando la migración, y la desinformación también ha contribuido al aumento de los cruces ilegales en la frontera.
A pesar de estas acciones conjuntas, es importante destacar que el número de cruces fronterizos puede aumentar debido a factores como la inseguridad y la falta de oportunidades en América Latina. Además, las condiciones adversas en la región, agravadas por la pandemia de COVID-19, han contribuido al aumento de la migración hacia Estados Unidos. Este acuerdo representa un esfuerzo conjunto para abordar un desafío complejo que afecta a ambas naciones y se produce en un contexto de tensiones crecientes en la frontera.
