En el centro de esta terrible tragedia familiar está Gisèle Pelicot, una mujer de 71 años, de figura frágil, que fue víctima durante una década de abusos espantosos orquestados por su exesposo, quien la drogaba para que otros hombres la violaran, reclutados a través de Internet.
Verla declarar ante el tribunal de Aviñón fue algo realmente impactante. El dolor y la tortura que soportó su cuerpo a lo largo de esos años es indescriptible.
Sin embargo, a medida que otros miembros de la familia subían al estrado, quedó claro que las consecuencias de las acciones de Dominique Pelicot no solo afectaron a Gisèle, sino a todos los que estaban cerca de él. Los testimonios fueron devastadores, describiendo la ola de destrucción que atravesó a la familia en noviembre de 2020, comparada por algunos con un tsunami que arrasó con todo.
Dominique Pelicot fue arrestado después de que un guardia de seguridad lo sorprendiera grabando a mujeres sin su consentimiento. Sin embargo, las investigaciones de la policía tardaron semanas en descubrir toda la verdad, y cuando lo hicieron, las piezas del rompecabezas eran más horribles de lo que nadie imaginaba.
Una vida rota y un juicio aterrador.
Por años, Pelicot drogó a su esposa y la sometió a un tormento diario, grabando todo y almacenando las pruebas en su computadora. Los videos mostraban a Gisèle inconsciente, completamente vulnerable, mientras él le daba instrucciones a los hombres para que la abusaran.
A pesar de la tremenda evidencia, Pelicot solo aceptó los cargos cuando ya no podía negarlo más. En sus archivos, encontró decenas de fotos y videos con nombres de los agresores.
De los más de 50 hombres involucrados, solo algunos admitieron lo sucedido. Otros 20 siguen sin ser identificados, y algunos siguen libres. Los testimonios de los afectados no dejan lugar a dudas sobre el horror vivido.
“Soy la víctima olvidada”.
Caroline Darian, la hija del medio de Pelicot, dejó claro en el tribunal su sufrimiento al descubrir fotos en el ordenador de su padre, algunas de ellas mostrando su cuerpo desnudo, claramente drogada. “Papá, ¿por qué mentiste sobre todo esto?”, le gritó, acusándolo de abusar de ella también.
Dominique trató de justificar las fotos, pero las contradicciones fueron tan evidentes que su hija no pudo más que gritarle: “Eres un mentiroso, y vas a morir siendo un mentiroso”. Caroline confesó sentirse como la “víctima olvidada” de toda esta historia, ya que, a diferencia de su madre, no hay pruebas directas de lo que ella cree que le sucedió.
A pesar de la fractura familiar, Caroline ha seguido luchando por las víctimas de abusos inducidos por drogas, fundando una organización benéfica y escribiendo un libro sobre el tormento de su familia. En él, habla de la contradicción de ver cómo su madre seguía cuidando de su padre, a pesar de todo lo que él hizo.
El dolor de los hermanos y la verdad que se niega.
Los hermanos de Caroline, Florian y David, también subieron al estrado, mostrando su apoyo a su hermana y enfrentando la verdad sobre su propio dolor. Florian, con 38 años, dijo entre lágrimas: “Si tienes algo de dignidad, dile la verdad a Caroline”. También dejó entrever que podría no ser hijo de Dominique Pelicot, sospechando de una posible infidelidad de su madre en los años 80.
La revelación de que su padre había grabado a su esposa Aurore también dejó su huella en Florian, quien confesó que su matrimonio ya no pudo sobrevivir a tanta oscuridad.
La herida eterna.
David, el hermano mayor, también compartió su sufrimiento en el juicio, recordando cómo su infancia fue destruida por los crímenes de su padre. “Mi infancia ya desapareció”, dijo, mientras recordaba el dolor que sintió al ver a su madre, después de la detención de su padre, perdida y desmoronada.
El caso de la familia Pelicot ha dejado cicatrices profundas en todos. El hijo de David, por ejemplo, se pregunta qué ocurrió cuando su abuelo le pidió que jugara a “los médicos” cuando era niño. Este tipo de recuerdos, llenos de terror, quedarán grabados en sus vidas para siempre.
El futuro incierto.
El juicio sigue, y se espera un veredicto el 20 de diciembre, con Pelicot enfrentando hasta 20 años de prisión. Sin embargo, para su familia, el daño ya está hecho, y el sufrimiento que han vivido no se borrará con el tiempo.
El testimonio de Aurore, exesposa de Florian, lo resume perfectamente: “No me di cuenta de lo que estaba pasando, pero si lo hubiera hecho, quizás todo hubiera sido diferente.”
Y mientras las cámaras siguen grabando y los relatos siguen siendo escuchados, la familia Pelicot vive con la carga de no saber realmente qué más ocultaba su patriarca.