#Migrantes Desafían Obstáculos Helados en Tamaulipas para Cruzar la #Frontera

En un dramático intento por llegar a Estados Unidos, aproximadamente un centenar de migrantes, incluyendo ancianos, mujeres con bebés y niños, se aventuraron a cruzar el río Bravo en la mañana de ayer. Su angustiosa travesía se vio truncada por una cerca de alambre equipada con navajas, que les bloqueó el paso.

La mayoría de estos indocumentados, provenientes en su mayoría de Venezuela, permanecieron durante cuatro horas en las frías aguas hasta que efectivos de la Guardia Nacional de Texas los condujeron para iniciar procesos de deportación.

Antes de sumergirse en el Bravo, los migrantes dejaron sus pertenencias en la orilla mexicana, incluyendo prendas de abrigo, y avanzaron a pie, nadando e incluso en balsas inflables hacia territorio estadounidense, solo para encontrarse con la barrera de alambre.

Los agentes de la Guardia Nacional de Texas les ordenaron, en su mayoría en inglés y algunos en español, que regresaran por el río hacia Matamoros, pero los migrantes se resistieron.

Un grupo de aproximadamente 20 extranjeros logró posicionarse en el borde del río, atrapados contra y bajo el cercado sin poder avanzar, con heridas en sus rostros y cuerpos, pero determinados a quedarse.

Mientras tanto, el grupo más numeroso permaneció en las aguas heladas, escuchando grabaciones en inglés y español que les instaban a regresar y buscar un puerto fronterizo para presentar sus solicitudes de asilo.

Enfrentados a unos 100 indocumentados, los militares texanos resguardaron el área, tomaron fotografías y colocaron una segunda cerca móvil para evitar cruces masivos.

Después de cuatro horas, cuando algunos menores mostraron signos de hipotermia, las fuerzas militares rompieron la cerca con herramientas y permitieron al grupo cruzar hacia suelo texano.

Gladys Cañas, coordinadora de la agrupación Ayudándoles a Triunfar, señaló que estos cruces masivos reflejan la desesperación de migrantes que ya no desean permanecer en suelo mexicano. La proximidad del fin de año agudiza su incertidumbre. Aunque muchos llevan meses esperando citas para tramitar el asilo, están tomando decisiones desesperadas que no les beneficiarán, ya que solo resultarán procesados y deportados, algunos incluso directamente a sus países.

La activista mencionó que, en el campamento al aire libre en Matamoros, solo queda una minoría, ya que muchos aceptaron ser trasladados al nuevo refugio en el antiguo hospital de la ciudad. Sin embargo, los más desesperados permanecen en el borde del río, tomando decisiones que alejan la posibilidad de obtener asilo.

Autor Eduardo Martinez

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