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Nueve miembros de la caravana de migrantes han decidido coserse los labios en un dramático acto de protesta contra la falta de atención del gobierno y la negación de permisos de tránsito para su travesía hacia la frontera de Estados Unidos.
“Para que nos escuchen y, primeramente Dios, abran puertas. Hemos pasado hambre, cansancio y la familia con la pobreza”, expresó Uriel Valladares, uno de los manifestantes, originario de Honduras.
El grupo ha optado por quedarse un día más en Huixtla, deteniendo temporalmente su marcha, mientras esperan una respuesta del gobierno y buscan un merecido descanso. Entre los participantes en esta dramática manifestación se encuentran siete hombres y dos mujeres: Maricela Villanueva, Diana Vargas, Rafael Cruz, Uriel Valladares, Marvin Barahona, José Eduardo Velázquez, José Luis Vallejo, David Gutiérrez y Wilmer Calix.
La caravana también ha instado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a intervenir y presionar a las autoridades federales para atender sus demandas.
Irineo Mújica, representante de la organización Pueblo Sin Fronteras, señaló que es posible regularizar la situación de los migrantes mediante fórmulas migratorias múltiples, y destacó la presencia de mujeres y niños que requieren atención especial.
Mújica también subrayó que todos los países de Centro y Sudamérica permiten el paso de la caravana, excepto México, donde se han enfrentado a dificultades para avanzar en su travesía.
La caravana, que partió de Tapachula el lunes, ha decidido quedarse un día más en Huixtla antes de continuar su camino hacia el norte.
