El Gobierno de Argentina, liderado por Javier Milei, ha tomado una decisión que sacude el panorama internacional: Argentina se retira de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así lo anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante una conferencia de prensa este miércoles.
Según Adorni, la orden vino directamente de Milei, quien le solicitó al canciller Gerardo Werthein que llevara adelante el proceso de salida. ¿La razón? “Profundas diferencias” con la OMS y el firme rechazo a que “un organismo internacional interfiera en la soberanía del país, especialmente en temas de salud”.
Adorni también aclaró que esta decisión no afectará la calidad de los servicios sanitarios en Argentina, ya que el país no depende de financiamiento de la OMS. “No hay impacto directo en el sistema de salud”, subrayó.
Esta movida ocurre poco después de que el expresidente Donald Trump anunciara la retirada de Estados Unidos de la misma organización, lo que ha generado comparaciones inevitables.
En un comunicado oficial, la Oficina del Presidente de Argentina justificó la decisión argumentando que la OMS “impulsó cuarentenas eternas sin respaldo científico” durante la pandemia de covid-19. Además, el gobierno de Milei cuestiona la utilidad de “organismos supranacionales que reciben fondos de todos pero no cumplen con los propósitos para los que fueron creados”.
El propio Milei no se quedó callado y, fiel a su estilo, arremetió en redes sociales, calificando a la OMS como “un organismo nefasto que lideró lo que fue el mayor experimento de control social de la historia”, refiriéndose a las medidas de confinamiento global.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta postura. Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, criticó duramente la decisión, calificándola de “atrocidad sin fundamento” y acusando al gobierno de “copiar al pie de la letra lo que hace Estados Unidos”. Kreplak advirtió que la coordinación internacional en salud es clave, especialmente para detectar y responder a nuevos brotes de enfermedades. “Esto no nos beneficia en nada”, concluyó.
El debate está servido: mientras algunos aplauden la defensa de la soberanía, otros temen que esta decisión deje a Argentina aislada en un mundo cada vez más interconectado.