La economía mexicana enfrenta un panorama sombrío ante las amenazas de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, quien planea implementar aranceles y endurecer políticas migratorias y de seguridad a partir de 2025. Según Moody’s Analytics, estas medidas presionarán el crecimiento, la estabilidad financiera y la inflación del país en los próximos años.
En su análisis sobre el impacto económico de las políticas de Trump, Moody’s señaló que México será una de las naciones más afectadas debido a su alta dependencia comercial e inversora con Estados Unidos. La agencia redujo sus pronósticos de crecimiento, estimando que el PIB mexicano apenas crecerá 0.6% en 2025, comparado con el 1.3% proyectado para 2024. Este declive se agravará por la disminución de la demanda de exportaciones mexicanas y una economía estadounidense con menor dinamismo.
La agencia destacó que el tipo de cambio y la política monetaria serán los principales amortiguadores del impacto. La depreciación del peso frente al dólar, causada por la aversión al riesgo y la fuga de capitales, generará un aumento en la inflación debido al encarecimiento de las importaciones. Además, las autoridades monetarias mexicanas podrían pausar recortes a las tasas de interés o incluso incrementarlas para estabilizar el diferencial frente a los aumentos esperados en las tasas de la Reserva Federal.
Moody’s también alertó sobre una caída significativa en el flujo de remesas, provocada por el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos. Esta reducción afectará principalmente a las familias de menores ingresos, que dependen de estas transferencias para su consumo, lo que amplificará la desaceleración económica. Actualmente, las remesas representan cerca del 4% del PIB mexicano, siendo un pilar clave para muchas regiones del país.
El sector comercial mexicano sufrirá restricciones en el envío de productos e insumos del exterior, mientras que las represalias por parte de México, como el establecimiento de aranceles a productos estadounidenses, podrían intensificar las tensiones económicas. Este escenario recuerda los episodios vividos durante la primera administración de Trump, cuando México aplicó medidas similares en respuesta a políticas proteccionistas.
La presión económica prevista incluye además una ampliación de la brecha comercial negativa, afectando tanto la demanda interna como externa. Aunque Moody’s proyecta una leve recuperación del PIB en 2026, con un crecimiento del 1.6%, este avance dependerá en gran medida de la depreciación del peso, que podría proporcionar un alivio marginal a las exportaciones mexicanas.
El panorama que se vislumbra con estas políticas subraya la vulnerabilidad de la economía mexicana ante decisiones unilaterales de su principal socio comercial. A pesar de posibles ajustes para contrarrestar los efectos adversos, el país se enfrenta a un camino de bajo crecimiento y alta incertidumbre en los años venideros.