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Citando preocupaciones sobre los elevados déficits fiscales y la creciente dificultad para mantener la asequibilidad de la deuda. Esta medida generó críticas inmediatas por parte del gobierno del presidente Joe Biden.
La decisión de Moody’s sigue a la rebaja de la calificación por parte de Fitch este año, que ocurrió después de meses de tensiones políticas relacionadas con el techo de la deuda estadounidense.
El gasto federal y la polarización política han sido motivo de inquietud para los inversores, contribuyendo a una venta masiva que llevó los precios de la deuda pública estadounidense a sus niveles más bajos en 16 años.
Según Christopher Hodge, economista jefe para Estados Unidos de Natixis, “no hay expectativas razonables de consolidación fiscal a corto plazo”. Los déficits seguirán siendo grandes, y la carga de la deuda continuará aumentando a medida que los costos por intereses ocupen una parte mayor del presupuesto.
Moody’s indicó que la “continua polarización política” en el Congreso aumenta el riesgo de que los legisladores no logren consenso sobre un plan fiscal para abordar la disminución de la asequibilidad de la deuda.
William Foster, vicepresidente senior de Moody’s, señaló que cualquier respuesta política significativa probablemente no ocurrirá hasta 2025 debido al calendario político del próximo año.
Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, planean lanzar una medida de gasto provisional el sábado para evitar un cierre parcial del Gobierno cuando la financiación actual expire el próximo viernes.
Aunque Moody’s modificó la perspectiva, afirmó las calificaciones de emisor a largo plazo y de deuda senior no garantizada en “Aaa”, destacando las fortalezas crediticias y económicas de Estados Unidos.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, consideró el cambio como “una consecuencia más del extremismo y la disfunción de los republicanos del Congreso”.
Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro, afirmó que no está de acuerdo con la perspectiva negativa, destacando la fortaleza de la economía estadounidense y los valores del Tesoro como el principal activo seguro y líquido del mundo.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro han aumentado este año debido a las expectativas de una política monetaria restrictiva de la Reserva Federal y preocupaciones fiscales centradas en Estados Unidos.
Moody’s señaló que la fuerte subida de los rendimientos del Tesoro ha aumentado la presión sobre la asequibilidad de la deuda estadounidense. Aunque una rebaja de la calificación podría intensificar las preocupaciones fiscales, los inversores son escépticos sobre su impacto en el mercado de bonos estadounidense, considerado un refugio seguro por su profundidad y liquidez.
Quincy Krosby, estratega jefe global de LPL Financial, advirtió que el tiempo corre y los mercados podrían entrar en otro período de drama que podría llevar al cierre del gobierno.
