En 2007, una mujer alemana de 53 años falleció debido a un derrame cerebral, pero en un gesto heroico, donó sus órganos a cuatro personas. Sin embargo, lo que parecía un acto de generosidad se convirtió en una pesadilla, ya que años después, todos los receptores desarrollaron cáncer de mama metastásico, y tres de ellos no lograron sobrevivir.

Resulta que la donante padecía de un cáncer de mama que no había sido detectado, y este se había diseminado por sus órganos, transmitiéndose a través del trasplante. Aunque uno de los pacientes logró salvarse tras someterse a una operación para extirpar el órgano trasplantado y recibir tratamiento, el riesgo que implica este tipo de situaciones es muy real.
Este caso fue reportado en 2018 en la revista médica American Journal of Transplantation como un hecho rarísimo, pero que deja mucho en qué pensar.