#MujeresDivinas: El Poema Que Transformó A #MartínUrieta en Leyenda de la #MúsicaRanchera.

Martín Urieta, un apasionado de la poesía, tenía un poema escrito que le compartió a su amigo, el cantante de rancheras Humberto Cabañas, quien solía cantar en la famosa Plaza Garibaldi, en la Ciudad de México. A Humberto le encantó y no dudó en recitarlo cada vez que interpretaba “De qué manera te olvido” del reconocido compositor mexicano Federico Méndez.

Fue en una de esas reuniones, donde ambos fueron invitados a una comida con músicos y figuras de la industria, que la suerte de Urieta cambiaría para siempre. “Mi amigo siempre quiso pertenecer a la disquera donde grababa Vicente Fernández”, recuerda Urieta. En esa reunión, aprovechó para acercarse a Méndez, quien además de compositor, era el director artístico de Fernández.

Con la esperanza de llamar su atención, le lanzó una invitación: “Federico, ¿cuándo te animas a ver mi show? En tu canción recito un poema que escribí…”. Acto seguido, Urieta le recitó un fragmento:

Hablando de mujeres y traiciones,
Se fueron consumiendo las botellas,
Pidieron que cantara mis canciones,
Y yo canté unas dos en contra de ellas.

Al escuchar estas líneas, Méndez quedó impactado. “¡Humberto! Ese poema está buenísimo, ¿de quién es?”, preguntó. “De Martincito Urieta, que está aquí contigo”, respondió el cantante.

El Momento que Cambió Todo.

Así fue como empezó la aventura de “Mujeres Divinas”. Luego de aquella charla, Méndez pidió a Urieta ponerle música al poema y presentárselo a Vicente Fernández. Aunque Martín no tenía la melodía lista, se apresuró a componerla entre el viernes y el sábado para llevarla el martes en un casete.

Aunque inicialmente no tenía mucha fe en su creación, la grabación fue un “trancazo” y Fernández no dudó en incluirla en su repertorio, lo que hizo que esta canción se volviera icónica y se convirtiera en una de sus piezas más queridas. “Era de las canciones que Vicente debía cantar en cada presentación”, recuerda su hijo Vicente Fernández Abarca.

Urieta, quien ahora cuenta con más de 50 años de trayectoria, reconoce que la primera vez que escuchó su obra en voz del “número uno de la música ranchera”, se sintió extasiado. Pero no todo fue fácil. Durante un año completo, Fernández cantó “Mujeres Divinas” en cada presentación, refiriéndose a su autor como “un compositor que ni conozco”, lo cual molestaba a Urieta.

El Reencuentro.

La vida dio otra vuelta cuando Vicente cantó la canción en un estadio en Bogotá y vio al público ponerse de pie y cantar al unísono. Fue entonces que el artista mexicano preguntó quién era el autor, y al enterarse de que era Martín Urieta, expresó su deseo de conocerlo. El momento llegó cuando Urieta fue escoltado hasta el Auditorio Nacional, donde finalmente se encontraron.

Urieta no dudó en hacerle saber su molestia: “¿Por qué ahora quiere conocerme, si mi nombre está en el disco desde hace tiempo?”, le dijo. Vicente, reconociendo su error, le prometió que, en el futuro, mencionaría su nombre en sus interpretaciones. Cumplió esta promesa cuando en una grabación de “Acá entre nos”, Fernández exclamó: “Martín, no cabe duda que también de dolor se canta cuando llorar no se puede”.

Inspiración y Nostalgia.

Contrario a lo que muchos creen, “Mujeres Divinas” no es una canción de amor. Urieta recuerda cómo su amigo, quien inspiró esta creación, decía: “A pesar de que las mujeres me han roto el alma, nunca me quejaré, porque los momentos más hermosos los he pasado a su lado”. Así nació “Mujeres Divinas”, de un sentimiento profundo y de vivencias personales.

En una entrevista de 2018, Urieta relacionó su obra con un cuento del escritor renacentista Giovanni Boccaccio, en el que un hombre que nunca había visto a una mujer queda hipnotizado al verla por primera vez. “A ustedes, mujeres, ocas que despiertan al eterno Filipo, les dediqué esta canción”, decía Urieta.

La Grandeza de Urieta.

Fernández y Urieta desarrollaron una gran amistad y una colaboración artística que se reflejó en éxitos como “Urge”, “Qué de raro tiene” y “Mi vejez”. La canción “Acá entre nos” fue también un clásico que interpretaron artistas como Juan Gabriel, Luis Miguel y Maluma, consolidando el nombre de Urieta en la música ranchera.

Incluso en la última visita de Urieta al rancho de Fernández, Vicente se despidió con una frase memorable: “Adiós, mi compositor predilecto”. Este adiós marcó un momento triste para Urieta, quien nunca volvería a verlo, ya que Fernández falleció poco después, el 12 de diciembre de 2021.

La huella de Urieta sigue viva. Sus canciones siguen siendo parte del repertorio de los Fernández, incluyendo a Alejandro Fernández, y ahora hasta su nieto Alex interpreta “Mujeres Divinas”.

Para Urieta, su admiración por la mujer viene de su niñez en un pueblo sin electricidad, donde su mamá y sus tías le enseñaron a respetar y a valorar a las mujeres. “Para mí, la mujer es el pilar de la humanidad. Por eso, la mayoría de mis canciones buscan ensalzar a ese ser maravilloso”, expresa.

Este amor, que ha sido el motor de su música, y el respeto que tiene hacia sus raíces y sus vivencias, lo llevaron a componer “Vuelve a Huetamo” a los 15 años, su primera canción. Hoy, Urieta sigue siendo un pilar en la música ranchera, y su estatua en la Plaza Garibaldi es un tributo a su legado.

Las Canciones y Su Suerte.

Urieta, quien fue catedrático de la Escuela Nacional de Maestros, reconoce que aunque su trabajo como profesor era importante, su pasión siempre fue la música. “La canción que escribo refleja mi verdad”, dice. Su tema “Qué de raro tiene” es una de sus canciones consentidas, y a pesar de que muchos en su momento lo juzgaron por cantar en bares siendo catedrático, su amor por la música nunca se apagó.

Al final del día, Urieta agradece al público por aceptar sus composiciones y por convertir “Mujeres Divinas” en un himno. Como él dice:

Pudiéramos morir en las cantinas
Y nunca lograríamos olvidarlas.
Mujeres, oh mujeres tan divinas,
No queda otro camino que adorarlas.

Autor Itzel G. Bandala

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