Elon Musk y Vivek Ramaswamy han generado un verdadero revuelo en las redes al apoyar la ampliación de las visas para trabajadores altamente calificados, una postura que ha provocado fuertes críticas dentro del movimiento MAGA. Ambos, figuras cercanas al presidente electo de EE. UU., Donald Trump, han defendido la importancia de las visas H-1B para empresas tecnológicas como las de Musk, que dependen de talento extranjero para seguir creciendo.
En una publicación reciente, Musk destacó que las empresas tecnológicas de EE. UU. necesitan el doble de ingenieros que trabajan actualmente en el país, comparando la necesidad de talento con un equipo deportivo que recluta a los mejores, sin importar de dónde vengan. “Si quieres que tu EQUIPO gane el campeonato, necesitas reclutar el mejor talento, dondequiera que esté”, escribió en X (antes Twitter).
Por su parte, Ramaswamy, hijo de inmigrantes indios, se unió a la causa, afirmando que las empresas de tecnología buscan fuera de EE. UU. debido a la falta de una cultura de excelencia. Criticó cómo en la cultura estadounidense se valora más la “mediocridad” que la “excelencia”, usando ejemplos de programas de televisión de los años 90 como evidencia de esta tendencia. “Una cultura que celebra al rey del baile y no al campeón de las olimpiadas de matemáticas no producirá los mejores ingenieros”, señaló.
Estas declaraciones no cayeron bien en la base de Trump, que teme que una expansión del programa H-1B socave sus esfuerzos por reducir la inmigración. Figuras prominentes del movimiento MAGA, como la activista Laura Loomer y el comentarista Matt Gaetz, no tardaron en criticar a los empresarios por sus comentarios. Gaetz, por ejemplo, publicó: “No les pedimos que diseñaran una política de inmigración”.
La exembajadora en la ONU, Nikki Haley, también expresó su desacuerdo, defendiendo que EE. UU. debería priorizar a los trabajadores estadounidenses. “No hay nada de malo en los trabajadores estadounidenses o en la cultura estadounidense”, afirmó, pidiendo que se invierta en la mano de obra local en lugar de ampliar los beneficios a trabajadores extranjeros.
Cabe recordar que el programa de visas H-1B permite la entrada de 65.000 trabajadores altamente calificados al año, además de 20.000 visas adicionales para aquellos que tienen títulos avanzados en EE. UU. Aunque Trump se mostró en contra de estas visas durante su primer mandato, en su campaña de 2024 ha mostrado una postura más flexible, sugiriendo que algunos trabajadores extranjeros que se gradúen en universidades estadounidenses podrían obtener estatus legal.
Las tensiones sobre este tema revelan cómo Musk sigue ganando influencia dentro de la órbita de Trump. A pesar de los intentos de los demócratas de desacreditar al magnate como el “presidente Musk”, Trump defendió su relación con él en una reciente intervención: “No, él no está tomando la presidencia. Me gusta tener personas inteligentes”, dijo.
Así que, mientras el debate sobre las visas continúa, el choque de intereses entre los aliados de Trump y los empresarios tecnológicos parece marcar una nueva etapa en la política de inmigración del país.