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Antes de la designación de Emilia Esther Calleja Alor como directora general de la CFE, surgieron denuncias de nepotismo, corrupción y violencia de género en su entorno. Según informes, Calleja habría favorecido a Adrián Olvera Alvarado, actual director de CFE Generación V, otorgándole poder dentro de la administración y facilitando la contratación de su esposo, Ricardo Cerritos Jaso, en un puesto de alto salario. Documentos obtenidos por Proceso confirman las quejas y denuncias previas al nombramiento de Calleja, incluyendo acusaciones de acoso laboral y sexual contra Olvera, que se suman a los escándalos que rodean su gestión.
Las acusaciones no solo se limitan a Olvera Alvarado. Rubén Cuevas Plancarte, director Corporativo de Administración bajo la administración de Manuel Bartlett, también ha sido señalado por malas prácticas y chantajes en la CFE. A pesar de las denuncias, la CFE ha negado públicamente cualquier irregularidad, calificando las acusaciones como ataques infundados y campañas financiadas por opositores políticos.
A pesar de la defensa institucional, las denuncias por nepotismo y corrupción continúan resonando. La situación de Olvera Alvarado ha sido especialmente polémica debido a su participación en reuniones de entrega-recepción y su posible ascenso dentro de la CFE, lo que ha generado inquietudes sobre la transparencia y el favoritismo en la empresa.
Por otro lado, el historial de Olvera también incluye incidentes de violencia y acoso, con un caso documentado de acoso sexual que llevó a una empleada a renunciar en 2020. Además, se ha reportado su implicación en un accidente automovilístico y en una riña durante un evento de la empresa. Estos eventos han puesto en entredicho su liderazgo y su papel en la CFE.
En cuanto a Rubén Cuevas Plancarte, se le atribuyen tácticas de intimidación, como grabar conversaciones para chantajear a otros funcionarios y contratistas. También se ha informado sobre su participación en prácticas cuestionables durante negociaciones con el sindicato, que han resultado en un aumento significativo de costos para la empresa.
Además, Emilia Calleja enfrenta denuncias por acoso laboral presentadas tanto ante la Secretaría de la Función Pública como ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Estas acusaciones sugieren un patrón preocupante de comportamiento dentro de la administración que está por asumir el control de la CFE.
La controversia en torno a estos funcionarios y las denuncias contra ellos resaltan las tensiones internas y externas que enfrenta la CFE, mientras la nueva administración de Claudia Sheinbaum se prepara para asumir el control. Los desafíos para limpiar la imagen de la empresa y restaurar la confianza en su liderazgo parecen ser significativos.
