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La ministra Norma Lucía Piña presentó su renuncia a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, alegando congruencia con los principios constitucionales y su desacuerdo con los cambios recientes en el Poder Judicial. Esta decisión marca la primera vez que quien ocupa la presidencia de la Corte renuncia a su cargo.
Piña, quien había sido designada para permanecer en la Corte hasta 2030, argumentó que su decisión no representa una aprobación de las reformas judiciales aprobadas, sino una muestra de respeto a la Constitución. En su carta de renuncia, expresó su rechazo a participar en la elección judicial extraordinaria del próximo año, donde se elegirán nuevas figuras para ocupar altos cargos en el Poder Judicial.
La ministra señaló que continuará en el cargo hasta el 31 de agosto de 2025, en cumplimiento de los términos establecidos en el artículo séptimo transitorio de la reciente reforma judicial. Piña recordó su trayectoria de 36 años en el Poder Judicial, donde ha desempeñado distintos cargos, desde jueza de distrito hasta ministra de la Suprema Corte, siendo designada por el Senado en 2015.
Con una sólida formación académica en Derecho y especializaciones en diferentes áreas, Piña ha sido una firme defensora de la igualdad de género en el Poder Judicial. Durante su gestión como presidenta de la Primera Sala y su liderazgo en el Comité Interinstitucional para la Igualdad de Género, impulsó políticas para institucionalizar la perspectiva de género dentro del sistema judicial.
Al asumir la presidencia de la Corte, Piña señaló que su llegada al cargo no representaba un triunfo, sino una oportunidad para avanzar en la autonomía e independencia del Poder Judicial. Su nombramiento rompió con la tradición de presidencias exclusivamente masculinas, lo que consideró un avance para la representación femenina en el más alto tribunal del país.
