Estados Unidos ha impuesto aranceles de hasta el 25% al acero y aluminio que pasan por México, buscando evitar que China eluda gravámenes. Estas medidas, anunciadas por la administración Biden, afectan principalmente a envíos pequeños pero buscan frenar un posible aumento futuro.
Los aranceles del 25% aplican al acero no fundido en México, Canadá o EU, mientras que el aluminio de China, Rusia, Irán o Bielorrusia tendrá un arancel del 10%. Las medidas, en colaboración con México, también incluyen mayores exigencias de transparencia para los importadores mexicanos.
La iniciativa, respaldada por el presidente López Obrador, responde a un esfuerzo por proteger las industrias nacionales y fortalecer la economía regional. La Casa Blanca destacó que esta acción conjunta refuerza la cooperación bilateral contra prácticas desleales de comercio.
David McCall, de United Steelworkers, celebró la decisión, calificándola como un apoyo crucial a los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, Adrián González, agente aduanal, advirtió sobre el impacto en la cadena de suministro mexicana, afectando productos finales que usan materiales importados.
Gabriela Siller, de Banco Base, indicó que estas restricciones impactarán el 0.3% de las exportaciones totales de México a EU, y no descartó que más exportaciones de acero pierdan su exención arancelaria si no se supervisa adecuadamente el origen de los productos.