El gobierno ucraniano rechazó enfáticamente la propuesta de paz del Papa Francisco, instando a Ucrania y Rusia a negociar bajo la bandera blanca. El canciller Dmitro Kuleba afirmó que Ucrania nunca se rendirá ante Rusia, defendiendo su bandera amarilla y azul como símbolo de resistencia. Además, criticó las declaraciones del pontífice y recordó la historia del Vaticano durante la Segunda Guerra Mundial, solicitando su apoyo en lugar de repetir errores del pasado.
Las palabras del Papa Francisco, instando a la negociación bajo la bandera blanca, fueron criticadas por funcionarios ucranianos y polacos. Kuleba advirtió a la Santa Sede sobre la importancia de apoyar a Ucrania en su lucha por la vida y evitar errores históricos. El gobierno polaco también expresó su descontento con el mensaje papal, mientras los soldados de la OTAN ya están presentes en suelo ucraniano, según el canciller polaco Radoslaw Sikorski.
La respuesta ucraniana fue acompañada por una invitación al Papa Francisco para visitar el país y orar por la paz en la región. A pesar de las diferencias con el pontífice, Kuleba agradeció sus continuas oraciones por la paz y reiteró la importancia de su presencia en Ucrania en estos tiempos difíciles.
Mientras tanto, la polémica se extendió a Italia, donde el ministro de Defensa, Guido Crosetto, advirtió que el despliegue de tropas de la OTAN en Ucrania podría obstaculizar las posibilidades de una solución diplomática. Crosetto señaló que el envío de tropas significaría una escalada unilateral y eliminaría las vías hacia la diplomacia, desafiando las declaraciones de líderes franceses y polacos sobre el tema.
El rechazo de Ucrania a la propuesta del Papa refleja la determinación del país de resistir la agresión rusa y buscar soluciones que preserven su soberanía e integridad territorial. A medida que la tensión aumenta en la región, el llamado a la paz se enfrenta a obstáculos diplomáticos y militares que desafían la estabilidad en Europa Oriental.