Elisa Carrillo no tuvo que nacer en otro país para brillar en los escenarios más importantes del mundo. Esta talentosa bailarina originaria de Texcoco, Estado de México, ha puesto el nombre de su país en alto con cada giro, salto y función. Y como ella misma lo dice con el corazón: “Cuando mis pies bailan, quien baila es México.” 🇲🇽✨

Desde muy joven, Elisa mostró un talento inigualable para la danza. Su formación comenzó en escuelas mexicanas, pero no tardó en cruzar fronteras con su talento: primero en Londres, y luego en escenarios europeos como parte de compañías de gran prestigio. En 2011, fue nombrada primera bailarina del Staatsballett de Berlín, un logro que muy pocas han alcanzado.
Y si hablamos de premios, Elisa es la única mexicana y la primera latinoamericana en ganar los tres reconocimientos más importantes del ballet clásico a nivel internacional: el Benois de la Danse, el Alma de la Danza en Rusia y el Dance Open de San Petersburgo. Su interpretación de Julieta fue tan impactante, que la ovacionaron en el mismísimo Teatro Bolshoi de Moscú. 💫

Pero su historia no termina en el escenario. Elisa también ha hecho una gran labor fuera de él. Con su fundación, ha apoyado a jóvenes bailarines mexicanos a través de becas, talleres y formación internacional. Además, organiza el festival Danzatlán, donde participan figuras top del ballet mundial, y lidera la gala “Elisa y Amigos”, un espacio donde la danza cobra vida en su máximo esplendor.
También ha sido reconocida como Embajadora de la Cultura de México, es miembro del Consejo Internacional de la Danza de la UNESCO, y forma parte del equipo artístico de la Compañía Nacional de Danza. Todo eso, sin dejar de enseñar y compartir su experiencia con nuevas generaciones en distintos países.

En México, ha recibido varios homenajes: desde la Medalla Bellas Artes hasta que una sala de conciertos lleve su nombre. Y en Berlín, ya la consideran una de las figuras culturales más influyentes.
Elisa Carrillo es la prueba viviente de que los sueños sí se logran con entrega, disciplina y amor por lo que haces. Cada vez que baila, no sólo se mueve su cuerpo, se mueve también la esperanza de cientos de jóvenes que sueñan con llegar tan alto como ella.
