Durante las décadas de los 40 y 50, Japón se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial, y Tezuka comenzó a destacar en el mundo del manga con una visión diferente.
Nacido en Osaka en 1928, su juventud estuvo marcada por los eventos traumáticos de la guerra, lo que influyó en su trabajo. Comenzó a contar historias de una manera más compleja, lo que cambió la industria del manga. Su obra “Astroboy” es un hito, ya que dio inicio a la producción de anime en Japón.
“Astroboy” presentó temas revolucionarios, como la inteligencia artificial, y abrió la puerta a una serie de adaptaciones y versiones posteriores. Tezuka no solo contribuyó técnicamente, sino también a través de historias complejas como “La Princesa Caballero”, una obra shojo que rompió barreras al tener una protagonista femenina.
Además de “Astroboy”, Tezuka creó obras como “Black Jack” y “Adolf”, que trataron temas como la corrupción y la Segunda Guerra Mundial. Su influencia perdura en la industria del entretenimiento y continúa inspirando nuevas creaciones, como la serie “Pluto” de Netflix.
Osamu Tezuka, el Dios del Manga, dejó un legado duradero en la industria del entretenimiento y contribuyó significativamente a la popularización del manga y el anime.