La emblemática empresa estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), enfrenta un agudo deterioro de su rentabilidad en medio de un complicado escenario financiero. Durante el tercer trimestre de 2023, el margen EBITDA de Pemex cayó más de 10 puntos porcentuales con respecto al mismo período del año anterior, marcando un preocupante nivel del 18%. Este dato representa uno de los niveles más bajos durante esta administración, superando solo al cuarto trimestre del año pandémico 2020, que alcanzó el 7 por ciento.
La caída en la rentabilidad de Pemex se debe en parte a una disminución en las ventas de la empresa, agravada por la caída de los precios de los productos que vende, como el crudo y los combustibles. Además, se ha observado un aumento significativo en los gastos de la compañía, que no ha sido completamente aclarado. En el tercer trimestre, Pemex generó un EBITDA de 84,000 millones de pesos, un 51.7% menos que en el mismo período de 2022.
El aumento en los gastos generales, que incluyen distribución, transporte, ventas y administración, ha contribuido al estrechamiento del flujo operativo de la empresa. Esto, sumado a un incremento del 34% en los gastos financieros netos y el pago de impuestos, ha llevado a Pemex a sufrir pérdidas significativas, con una cifra de -79,134 millones de pesos.
A pesar de la reducción en la tributación, gracias a la política gubernamental de reducción del Derecho de Utilidad Compartida (DUC), el estrechamiento del flujo operativo complica aún más la situación de Pemex debido a la magnitud de los pasivos de corto plazo que enfrenta. Sus activos circulantes son significativamente inferiores a sus pasivos de corto plazo, que incluyen deuda, pagos a proveedores e impuestos.
Pemex ha enfrentado desafíos adicionales en su calificación crediticia, con Fitch Ratings reduciendo su calificación y ubicándola en perspectiva negativa debido a accidentes registrados al interior de la empresa. Moody’s también modificó la perspectiva de la empresa de estable a negativa debido a la falta de cambios sustanciales en su estrategia comercial.
El gobierno federal ha brindado un apoyo significativo a Pemex en términos de capital, estímulos fiscales y otras ayudas. Estas cifras, junto con la reducción del DUC, han influido en la situación financiera de la empresa. El futuro de Pemex se presenta desafiante en medio de esta erosión de su rentabilidad y la presión sobre su desempeño financiero y operativo.