En el mundo de la moda, a pesar de los discursos “bodypositive”, la delgadez sigue siendo el estándar. La ropa de lujo sigue siendo diseñada principalmente para personas delgadas, y las modelos continúan promoviendo el culto a la delgadez.
Según Paolo Volonté, profesor de sociología de la moda en el Instituto Politécnico de Milán, las modelos de talla más grande que se ven en Nueva York, Londres y París pretenden mostrar inclusividad, pero en realidad, esto preserva el sistema basado en la tiranía del ideal de la delgadez.
Un informe reciente de Vogue Business revela que durante la última temporada de desfiles en Nueva York, Londres, Milán y París, el 95.6 por ciento de los conjuntos presentados lo hicieron modelos delgadas, mientras que solo el 3.8 por ciento lo hizo por modelos de talla mediana y el 0.6 por ciento por modelos de talla grande.
La falta de diversidad y la presión para mantener una apariencia específica afectan a las modelos, y la mayoría de ellas sienten la presión de cambiar su aspecto regularmente. A pesar de algunos avances en la regulación, los estándares de belleza siguen siendo rígidos en la industria de la moda.
Además, existe una mayor dificultad técnica y costosa en producir ropa en tallas más grandes, lo que lleva a un enfoque continuo en la delgadez en la moda.
A pesar de los desafíos, algunas personas han optado por priorizar su salud y bienestar sobre una carrera como modelo. Maud Le Fort, una modelo que llegó a desfilar para marcas importantes, decidió cuidar de su salud y dejar atrás los trastornos alimenticios que la habían afectado durante su tiempo en la industria.
La presión por mantener un estándar poco realista de delgadez en la moda sigue siendo un problema importante, y a pesar de algunos avances, la lucha por la diversidad y la inclusión en la industria continúa.