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En los últimos dos años, en Hidalgo se ha registrado un aumento brutal del 60.29% en los casos de suicidio. Tan solo en 2023, hubo 204 personas que tomaron la drástica decisión de quitarse la vida, mientras que en 2022, la cifra fue de 123. Esto representa un incremento de 81 casos adicionales, de acuerdo a los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Desglosando los números de 2022, de esos 123 suicidios, 97 fueron hombres y 26 mujeres. En cuanto a los métodos, 108 personas se ahorcaron, ocho fallecieron por disparos de arma de fuego, dos a causa de envenenamiento y otras cinco por métodos diversos, que incluyen ahogamientos, quemaduras o caídas desde alturas.
Al revisar años anteriores, la tendencia no cambia mucho: los hombres siguen encabezando las estadísticas. En 2021, hubo 152 suicidios masculinos y 33 femeninos, mientras que en 2020, de los 132 casos, 98 fueron hombres y 34 mujeres.
Dentro de los detalles de las causas, el uso de armas de fuego abarcó desde pistolas hasta escopetas, mientras que los envenenamientos incluyeron desde drogas, medicamentos, alcohol, hasta sustancias peligrosas como plaguicidas o gases nocivos.
El suicidio, lamentablemente, sigue siendo un serio problema de salud pública, afectando tanto a las víctimas como a sus familias. La Organización Mundial de la Salud (OMS), consciente de esta realidad, decretó en 2003 que el 10 de septiembre se conmemoraría el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, buscando generar mayor conciencia y prevención.
En Hidalgo, se han emprendido varias campañas para combatir esta situación. A través del Programa Nacional para la Prevención del Suicidio, se llevan a cabo evaluaciones en centros de salud municipales para detectar señales tempranas de alerta, ofreciendo talleres y actividades que promuevan el autocuidado. La depresión, ansiedad y desesperanza son solo algunos de los factores que, cuando no se tratan a tiempo, pueden desencadenar pensamientos suicidas.
