Los precios de los alimentos en Estados Unidos han subido un 22% desde que Joe Biden asumió la presidencia en enero de 2021, y muchos no pueden evitar sentirse frustrados. Aunque los salarios han comenzado a superar la inflación en los últimos meses, la gente sigue quejándose de lo caro que está todo. No es de extrañar que esta preocupación haya influido en los resultados electorales, donde Trump se llevó una victoria aplastante.

Una encuesta de más de 120,000 votantes realizada entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre mostró que un 96% de las personas dijo que los altos precios de los alimentos y otros productos fueron clave al momento de votar. Casi dos tercios de los que nombraron esto como su principal preocupación optaron por Donald Trump.
¿Por qué están tan caros los alimentos?
La pandemia, la guerra en Ucrania (que disparó los precios del trigo) y los altos costos de la energía son solo algunos de los factores que han afectado el precio de lo que comemos. Aunque la inflación parece haberse estabilizado un poco, los precios de los alimentos siguen siendo elevados.
Trump ha aprovechado estos altos precios como tema central en su campaña para volver a la Casa Blanca. Durante un acto en agosto, dijo que una de sus primeras medidas sería bajar los precios de los alimentos, comenzando el primer día de su nuevo mandato. ¿Cómo? Según él, “perforando más petróleo” para aumentar la producción nacional, lo que reduciría los costos de transporte de los productos.

Aunque Estados Unidos ya está produciendo más petróleo que nunca (13,5 millones de barriles diarios), expertos como Phil Lempert no creen que aumentar aún más la producción de crudo tenga un impacto real en los precios de los alimentos. El costo del transporte sigue siendo elevado debido a la escasez de conductores de camiones, lo que presiona los salarios y, claro, afecta los precios en las tiendas.
¿El clima? Otro enemigo en la mesa.
El cambio climático no es un tema menor. Eventos extremos como huracanes, sequías y olas de calor siguen aumentando los costos de los agricultores. Esto afecta tanto la cantidad como la calidad de los cultivos. Trump ha hablado de invertir en técnicas agrícolas modernas, pero si las políticas climáticas de Biden se cancelan, el cambio climático podría empeorar aún más la situación.
Las promesas de Trump que podrían subir los precios.
Además, si Trump sigue con su promesa de deportar a millones de inmigrantes y de imponer aranceles altos a las importaciones, eso podría hacer que tus facturas del supermercado suban aún más. Los inmigrantes indocumentados son una parte clave de la cadena de suministro alimentaria en EE. UU., y si hay menos trabajadores disponibles, la escasez de mano de obra haría que los precios se dispararan. Además, las importaciones de productos como las naranjas podrían ser más caras debido al mal tiempo en estados como Florida y California.
¿Solución a la vista? No tan rápido.
Algunos creen que la solución está en mejorar la asequibilidad de los alimentos sin caer en una recesión económica. Feler, economista jefe de Numerator, explica que los precios de los alimentos suelen bajar solo cuando la economía está en crisis y la gente no tiene suficiente dinero. Sin embargo, esto puede ser cruel porque, como él mismo señala, personas bien alimentadas son más productivas. Entonces, reducir los cupones de alimentos o recortar ayudas podría ser un camino para bajar los precios, pero a costa de una economía más débil.
Si Trump logra expandir la economía y crear más empleos, podría ayudar a que más personas puedan permitirse lo que comen, pero no espere que los precios bajen a los niveles de antes.