¿Prohibir los #Narcocorridos? #México le pone freno al canto del narco, pero el género sigue fuerte. 🎶💥

“Soy el dueño del Palenque…” 🎶 Con solo ese verso, Los Alegres del Barranco encendieron la polémica en Jalisco. En plena presentación, mientras sonaban los acordes, apareció en pantalla nada más y nada menos que el Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Y así, el viejo debate volvió con todo: ¿se deben permitir estas canciones que muchos ven como apología del narco?

📍 Diez estados ya han dicho “no” a este tipo de contenido en conciertos públicos, y aunque la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que no busca censurar, lanzó la campaña “México canta y encanta”, con la que intenta darle un giro al repertorio musical mexicano, promoviendo otras temáticas fuera del mundo criminal.

💡 Pero, ¿por qué estos corridos siguen tan presentes en la cultura? ¿Por qué es tan difícil erradicarlos? Aquí te contamos las claves para entender este fenómeno musical que no deja de dar de qué hablar 👇

🎸 ¿Qué son los corridos?

Los corridos son un género musical popular en el norte de México, pariente de la ranchera y la banda sinaloense. Vienen cargados de historia, usan instrumentos tradicionales como guitarras, bajo quinto y acordeón, y tienen un sello muy particular: cuentan historias reales, muchas veces con tintes rebeldes o contestatarios.

🎼 Aunque ahora se habla mucho del “narcocorrido”, este es solo uno de varios subgéneros. También existen los corridos tumbados (influenciados por el rap y trap), los verdes (relacionados con el consumo de marihuana), y los corridos alterados, más cargados de lujo, armas y violencia.

🕰️ De Pancho Villa al Mencho: una historia de corridos.

Desde el siglo XIX ya se cantaban historias de héroes revolucionarios como Pancho Villa o Emiliano Zapata, hasta convertirse en una forma de compartir noticias en un país con altos niveles de analfabetismo.

🚛 En los 20s y 30s llegaron los corridos tequileros, inspirados en el contrabando durante la Ley Seca en EE.UU., y más tarde, en los años 70, irrumpieron Los Tigres del Norte, reviviendo el género con relatos sobre la frontera, el narcotráfico y la migración.

🎤 Uno de los pioneros del narcocorrido moderno fue Chalino Sánchez, asesinado en 1992. Desde entonces, la música y el narco quedaron ligados, y varios artistas han sufrido amenazas e incluso han perdido la vida por lo que cantan.

💰 Narco y corridos: una relación peligrosa.

No es secreto que algunos grupos musicales han sido financiados por el crimen organizado. Desde lavado de dinero en conciertos, hasta disqueras completas investigadas por nexos con el narco, como DEL Records.

Incluso, varios capos han mandado a hacer canciones sobre su vida como una especie de campaña de imagen y reclutamiento. 😱

🎙️ Casos como el de Gerardo Ortiz, El Komander, Valentín Elizalde (asesinado en 2006) y el más reciente, Peso Pluma, quien fue amenazado si cantaba en Tijuana, muestran cómo el corrido puede ser tan arriesgado como cantar una verdad incómoda.

¿Y por qué no se pueden prohibir del todo?

Aunque hay campañas para promover música sin contenido delictivo, los narcocorridos siguen teniendo un arrastre brutal. ¿Por qué? Porque reflejan una realidad social: violencia, desigualdad, migración, cárcel, familia. La gente se ve en esas historias, aunque muchas veces los protagonistas sean criminales.

📊 Según Spotify, el 77% de la música más escuchada en México son corridos, y 8 de cada 10 canciones mexicanas reproducidas en la plataforma son de este género.

👀 Y ojo, no todo corrido es de narcos, también hay muchos que hablan de amor, migración y hasta crítica social. Shakira, por ejemplo, lanzó un corrido sobre trabajadores migrantes. Bad Bunny y Becky G también han coqueteado con el estilo.

📚 La raíz del problema no está en la música, sino en lo que refleja.

Para expertos como el sociólogo José Manuel Valenzuela, los corridos son una manifestación natural de un país desigual. Mientras haya violencia y falta de oportunidades, seguirán existiendo estas narrativas.

📢 “El culto a los narcos no se elimina prohibiendo canciones, sino combatiendo la desigualdad”, dice Valenzuela.

Y mientras no se garantice a los jóvenes un proyecto de vida alternativo, atractivo y posible, el corrido del narco seguirá sonando. 🎧

Autor Itzel G. Bandala

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