El pasado 10 de junio, en plena Oficina Oval, Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, tiró la bomba: acusó a Claudia Sheinbaum de incitar más protestas en Los Ángeles. Según Noem, aunque todos tienen derecho a manifestarse tranquilamente, la violencia que se está viendo “no cabe” y “no la van a tolerar en EU”. La funcionaria fue clara: la jefa mexicana no debería estar promoviendo disturbios violentos como los que se están dando.

Pero Sheinbaum no se quedó callada. Desde su cuenta de X (antes Twitter), negó rotundamente estas acusaciones, calificándolas de “completamente falsas”. La presidenta mexicana hizo un llamado a la comunidad de su país a mantener la calma y a no caer en provocaciones, resaltando la importancia del respeto al debido proceso y la dignidad humana. En la conferencia matutina del lunes, Sheinbaum incluso señaló que la quema de patrullas parece más un acto de provocación que otra cosa.
Este intercambio de palabras llega justo en medio de una ola de protestas en Los Ángeles, motivadas por las redadas migratorias que han prendido la mecha en varias comunidades. Sheinbaum ya había condenado la violencia en esos eventos y exigió a las autoridades estadounidenses que respeten el Estado de Derecho.
Por su parte, la advertencia de Noem es parte de la línea dura que el gobierno de Trump ha tomado para frenar las protestas relacionadas con migración. Así que, la cosa está que arde entre las dos potencias.