“¡Justicia para Rudy!” y “Den la cara” fueron solo algunas de las consignas que llenaron el campus Las Torres de la preparatoria TecMilenio en Monterrey, luego de que estallara una protesta masiva por un presunto abuso sexual en el que se vieron involucrados varios estudiantes de la institución. Todo comenzó el 11 de marzo, cuando Rudy, un joven de 16 años, denunció haber sido agredido en los baños del campus por cinco compañeros.

Según Ángela (nombre ficticio), amiga cercana de Rudy y vocera del grupo estudiantil Voz TecMilenio Nacional, el joven le confesó haber sido víctima de una “situación muy traumante” que no quería contarle a nadie. A pesar de que Rudy intentó denunciarlo con la dirección desde el mismo día de los hechos, la respuesta fue nula. “No hicieron nada. Nos ignoraron por completo”, comentó Ángela, quien junto con otros compañeros llevó de nuevo a Rudy a la oficina de dirección para hacer oficial la denuncia.
A pesar de que los acusados regresaron al día siguiente a clases con normalidad, algunos de ellos incluso se burlaron de lo sucedido, mostrando videos y dejando claro que ellos fueron los responsables. Esto no pasó desapercibido, y el nombre de uno de los implicados, Leonardo N, comenzó a circular en el campus. Para proteger su seguridad, el estudiante fue apartado temporalmente.
La situación escaló rápidamente y los alumnos organizaron una protesta el 14 de marzo. Durante una entrevista, la directora del campus, Alejandra Preciado, afirmó que no habían recibido ninguna denuncia formal sobre el abuso. Sin embargo, Ángela asegura que la institución tenía conocimiento desde el primer día, pero no actuó en consecuencia. “TecMilenio está encubriendo todo, no quieren hacerse responsables”, denunció la joven.

Mientras tanto, las autoridades investigan el caso, y la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León se ha involucrado. Sin embargo, otros estudiantes aseguran que la institución no siguió los protocolos adecuados para proteger a la víctima, y que las denuncias no fueron atendidas correctamente.
Además de las protestas, también ha crecido el malestar por el encubrimiento que, según algunos estudiantes, se ha llevado a cabo en otros casos de acoso. Gonzalo, otro miembro de Voz TecMilenio, criticó duramente el sistema de apoyo de la universidad. “Es casi imposible obtener respuesta. Los protocolos no funcionan, el teléfono de ayuda nunca contesta y el correo está desactivado”, expresó.
El caso ha generado tal indignación que incluso el gobernador de Nuevo León, Samuel García, se pronunció en redes sociales, ofreciendo su apoyo a las víctimas y asegurando que se hará todo lo posible para esclarecer el asunto y castigar a los responsables si se confirma el abuso.
Pero el descontento no solo ha quedado en Monterrey. Las protestas han llegado a otros campus de TecMilenio en Jalisco, Puebla, San Luis Potosí y más. Los estudiantes han tomado las calles con el hashtag #Quebonitoesunbañosinsangre para exigir justicia. Sin embargo, según denuncian los miembros de Voz TecMilenio, las autoridades han intentado silenciar las protestas, amenazando con suspensiones y expulsiones a quienes se atrevan a alzar la voz.
Gabriela (nombre ficticio), quien también forma parte del grupo estudiantil, denunció que los representantes estudiantiles, incluidos los capitanes y embajadores de los campus, fueron amenazados por intentar organizar protestas o por simplemente colocar carteles. “Nos dijeron que si hablábamos sobre esto, nos castigaban. Estamos hartos de la falta de acción y de la impunidad que reina”, concluyó indignada.