Un conmovedor video de Qamar, una niña de solo 6 años que, descalza y con el corazón lleno de amor, transportó a su hermana herida después de un ataque aéreo israelí en Gaza, se ha vuelto viral en las redes sociales.
El desgarrador viaje de Qamar comenzó cuando su hermana menor, Sumaya, fue atropellada por un automóvil en medio del caos causado por un bombardeo en su campamento. “La recogí y la llevé a al-Mawasi, que está lejos”, comenta la pequeña, cuya imagen se ha convertido en un símbolo de la difícil realidad que enfrentan miles de familias en la región.
Su madre, visiblemente emocionada por la valentía de su hija, compartió con la periodista del Servicio Árabe de la BBC, Rehab Ismail: “Es increíblemente valiente que haya llevado a su hermana a que la atendieran, caminando desde el campamento hasta el hospital y de regreso”.
El video, capturado por el periodista Alaa Hamouda, muestra a Qamar avanzando bajo el sol ardiente con Sumaya en su espalda. “Estoy cansada, la llevo cargando desde hace una hora, no puede caminar”, se le escucha decir con una voz que revela tanto su agotamiento como su determinación.
Esta escena conmovedora es solo un pequeño reflejo del sufrimiento diario que enfrentan las familias en Gaza. Desde el 7 de octubre del año pasado, cuando Israel lanzó su ofensiva militar, se reportan más de 42,600 muertes palestinas y casi 100,000 heridos, según el ministerio de Salud de Gaza.
El conflicto se intensificó tras un ataque de Hamás contra Israel que dejó cerca de 1,200 muertos y 251 rehenes. Actualmente, alrededor de 100 rehenes siguen en cautiverio en Gaza.
Una vida de desplazamiento y precariedad.
La familia de Qamar, al igual que muchas otras, ha sido desplazada repetidamente dentro de la Franja debido a la violencia constante. Habitan en el campamento de refugiados de al-Burij, donde intentan sobrevivir en condiciones precarias y sin acceso a lo básico.
Organizaciones de derechos humanos han calificado la situación de crítica, donde cada día se convierte en una lucha por la supervivencia. La madre de Qamar teme que, con la llegada del invierno, la frágil carpa que habitan no aguante las lluvias y el frío extremo. “El frío me está matando a mí y a mis hijos, ni siquiera tengo una manta para cubrirlas”, expresó con desesperación.
Se estima que aproximadamente 1.9 millones de personas han sido desplazadas dentro de Gaza y dependen de una ayuda humanitaria que llega de manera irregular y no satisface las necesidades más básicas.
El sufrimiento y la tenacidad de Qamar y su familia son un reflejo de la realidad que viven miles en la Franja, atrapados en un conflicto que ya lleva décadas. “Quiero que mis hijas tengan un futuro, que vayan a la universidad”, anhela su madre, quien, como muchas otras, enfrenta el reto de criar a sus hijas en un lugar donde las guerras y el bloqueo económico restringen el acceso a la educación, la salud y recursos esenciales.
El miedo y la incertidumbre son parte de la infancia de muchos niños gazatíes. “Me dio pena verlas caminando descalzas bajo el sol al mediodía; las recogí a dos kilómetros de su campamento”, comentó el periodista Hamouda, quien, al ver la escena, no dudó en detener su auto para ayudarlas.
La historia de Qamar ha despertado una ola de solidaridad y llamados a la paz en redes sociales y medios de comunicación, recordándonos la urgencia de un cambio en esta devastadora situación.