Gisèle Pelicot, la valiente mujer francesa que fue víctima de abusos sexuales durante casi una década, enfrentó este martes el cierre de un juicio que ha conmocionado al mundo. Con firmeza, calificó el proceso como “el juicio de la cobardía”, denunciando una sociedad que, según ella, “trivializa la violación” y perpetúa un sistema machista y patriarcal.
En el tribunal de Aviñón, donde se espera el veredicto para diciembre, Gisèle volvió a relatar los abusos que sufrió, perpetrados por más de 50 hombres. Este proceso no solo ha estremecido a Francia, sino que también ha puesto en debate la forma en que la ley aborda temas como el consentimiento y la agresión sexual bajo el efecto de drogas.
Un juicio lleno de tensión.
La sesión del martes estuvo cargada de emociones. Gisèle, quien renunció a su derecho al anonimato para darle mayor visibilidad a su caso, compareció acompañada de sus hijos y nueras. En sus propias palabras, explicó que quería ser un símbolo para su familia: “Hoy quiero que mis nietos estén orgullosos de su abuela. Mi nombre, Gisèle Pelicot, será recordado.”
El juicio también ha puesto bajo la lupa a su exesposo, Dominique Pelicot, quien admitió haber drogado a su esposa y orquestado los abusos en su hogar, reclutando a extraños por internet. Durante su declaración, la hija de ambos, Caroline, lo increpó con un desgarrador grito: “Estás mintiendo; morirás con tus mentiras.”
El horror revelado.
Entre los testimonios, Gisèle narró cómo se despertaba sin tener idea de lo que había ocurrido: “Me encontraba con mi pijama habitual, sin sospechar nada.” Fue solo en 2020, tras una investigación policial que comenzó por un incidente menor, que se descubrieron miles de videos de los ataques.
Algunos de los acusados admitieron los hechos, mientras otros alegan haber sido manipulados. Sin embargo, Gisèle fue contundente: “Todos vinieron a violarme, todos cometieron un delito.”
Un caso que sacude a Francia.
El juicio también expuso tensos intercambios entre los abogados. Nadia El-Bouroumi, defensora de algunos acusados, provocó murmullos al sugerir que Gisèle no había mostrado suficiente emoción en el tribunal: “¿Acaso la veremos llorar?”, cuestionó, generando indignación entre los presentes.
Además, las sesiones han revelado otros detalles perturbadores, como la existencia de fotografías de Caroline, hija de Gisèle, encontradas en el ordenador de Dominique Pelicot, lo que llevó a los hijos de la pareja a abandonar la sala entre lágrimas y furia.
El cierre de un capítulo, pero no del dolor.
Con 72 años, Gisèle expresó lo que ha significado esta lucha: “He perdido 10 años de mi vida por los medicamentos con los que me drogaban. Pensé que moriría o terminaría en un hospital psiquiátrico.”
El juicio, que concluye el próximo mes, marcará el fin de un proceso judicial, pero el inicio de una reflexión profunda sobre la justicia, el consentimiento y el papel de la sociedad en la protección de las víctimas. “Es hora de cambiar. Basta de una sociedad que tolere esto”, sentenció Gisèle, dejando un mensaje que resonará por mucho tiempo. 🙏