¿Qué le pasa al cuerpo cuando pasa mucho tiempo en el #Espacio? Los #Astronautas Williams y Wilmore ya lo saben de primera mano.

Suni Williams y Butch Wilmore nunca imaginaron que pasarían nueve meses en órbita. Su misión a bordo de la nave Boeing Starliner rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) debía durar apenas ocho días en junio de 2024, pero problemas técnicos prolongaron su estancia. Ahora que finalmente regresaron, tendrán que adaptarse de nuevo a la gravedad terrestre después de tanto tiempo lejos de casa.

Aunque ambos son astronautas experimentados, el tiempo prolongado en microgravedad seguramente dejó secuelas en sus cuerpos. Para entender mejor estos efectos, es clave observar a quienes han pasado aún más tiempo en el espacio.

El récord de Rubio y los días en el espacio.

El astronauta de la NASA Frank Rubio vivió 371 días en la EEI, rompiendo el récord estadounidense de estancia en órbita. Su regreso se retrasó por una fuga de refrigerante en la nave que debía traerlo de vuelta, lo que lo llevó a completar 5,963 órbitas alrededor de la Tierra y recorrer más de 253 millones de kilómetros.

Aunque aún quedó corto para alcanzar el récord mundial del cosmonauta ruso Valeri Polyakov, quien pasó 437 días en la Estación Espacial Mir en los años 90. Por otro lado, en septiembre de 2024, los cosmonautas rusos Oleg Kononenko y Nikolai Chub superaron el récord de estancia en la EEI tras pasar 374 días en órbita.

El impacto del espacio en el cuerpo humano.

Pasar tanto tiempo en microgravedad tiene efectos significativos en el cuerpo humano. Los músculos y huesos se debilitan, perdiendo hasta 30% de masa muscular tras seis meses y hasta 10% de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Por ello, los astronautas deben ejercitarse 2.5 horas diarias para contrarrestar estos efectos, aunque ni siquiera eso evita totalmente la pérdida.

Además, el espacio afecta la vista. La falta de gravedad acumula líquido en la cabeza, provocando inflamación ocular y afectando la agudeza visual. Aunque algunos cambios se revierten tras regresar a la Tierra, otros pueden ser permanentes.

Cambios cerebrales y en el ADN.

El espacio también reconfigura el cerebro. Estudios en astronautas como Scott Kelly, quien pasó 340 días en órbita, mostraron que la conectividad neuronal cambia, afectando el equilibrio y la orientación. Incluso el ADN sufre alteraciones: los telómeros, que protegen los genes, se alargan en el espacio, pero al regresar a la Tierra se acortan rápidamente, aumentando el riesgo de problemas de salud.

El reto del sistema inmunológico.

El sistema inmunológico también cambia en el espacio. Estudios recientes sugieren que los hombres son más sensibles a estos efectos que las mujeres, con mayores alteraciones en la actividad genética relacionada con la inflamación y la coagulación sanguínea. Sin embargo, aún falta entender por qué el cuerpo femenino responde de forma diferente.

¿Y qué sigue para la humanidad en el espacio?

La información obtenida de estas largas estancias es clave para futuras misiones interplanetarias, como el viaje a Marte, que podría durar unos 1,100 días. Dado que la nave será mucho más pequeña que la EEI, los dispositivos para hacer ejercicio deberán ser compactos y eficaces.

A medida que la humanidad sueña con explorar más allá del sistema solar, entender estos efectos será esencial para garantizar la salud de los astronautas que se atrevan a cruzar las fronteras del espacio. 🌌👨‍🚀

Autor Itzel G. Bandala

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