Los hombres jóvenes hoy están atravesando una bronca bien pesada. No es solo cosa de sentir, hay datos duros que lo confirman: problemas en la escuela, bajos ingresos, soledad y hasta falta de intimidad. En comparación con las mujeres de su edad, los chicos están quedándose atrás y bastante.

Scott Galloway, profe de la Universidad de Nueva York y un referente mediático actual, está tratando de cambiar el discurso hacia algo más constructivo para todos, chicos y chicas. Él es quien conduce varios podcasts, entre ellos Lost Boys (“Chicos perdidos”), que lanzó en mayo, y además está asesorando al Partido Demócrata de Estados Unidos para llegar mejor a los jóvenes varones. En breve, también sacará su nuevo libro: Notes on Being a Man (“Apuntes sobre ser hombre”).
En una charla con Katty Kay, Galloway explicó la grave crisis que enfrentan los hombres jóvenes en términos de salud física y mental. La cosa es alarmante: los hombres tienen cuatro veces más probabilidad de suicidarse, tres veces más riesgo de adicción y doce veces más de acabar en la cárcel. Además, están entre las generaciones más obesas, ansiosas y deprimidas de la historia.
Un dato que impacta: por primera vez, una persona de 30 años no vive mejor que sus papás a esa edad. En las ciudades, las mujeres jóvenes ganan más dinero que los hombres y hasta tienen más casas a su nombre. Y aunque eso para Scott es una victoria y algo genial, la soledad pega duro en los chicos.

Mientras las chicas suelen canalizar sus energías en amistades o en su carrera cuando no tienen pareja, los hombres a menudo se refugian en videojuegos, porno o se aíslan. Por eso, hoy hablamos de una generación de hombres emocional y económicamente inviables. Él mismo dice que fue uno de ellos.
Además, la dinámica de pareja está cambiando. Un tercio de las mujeres en EE.UU. ganan más que sus parejas y, a veces, hasta esconden esa realidad en los censos para que parezca que el hombre sigue siendo el principal proveedor. Pero, ¿qué pasa cuando los hombres no dan la talla ni en lo económico ni en lo emocional?
La verdad es que los hombres no han sabido aumentar su aporte a la relación al mismo ritmo que las mujeres, que están haciendo cuentas y pensando: “No me está saliendo tan bien esto”. Hoy, dos tercios de las mujeres menores de 30 tienen novio, pero solo uno de cada tres hombres está en una relación. Por eso muchas mujeres prefieren salir con hombres mayores, buscando estabilidad.
¿Es esto un juego donde si las mujeres avanzan, los hombres pierden? Scott dice que no. Lo que sí necesita la sociedad son programas para que los jóvenes, en general, sean más viables económicamente. Por ejemplo, propone subir el salario mínimo a 25 dólares la hora en EE.UU., algo que ayudaría a que más gente gane bien en una economía con desempleo bajo.
Con algo de humor, incluso sugiere que los jóvenes deberían salir más, beber un poco más y arriesgarse a cometer errores, porque eso puede ayudarlos a salir del aislamiento y la ansiedad que los consume.
Otro tema que toca es cómo redefinir qué significa ser “proveedor” y “protector” hoy. Para él, la masculinidad debería basarse en tres pilares: proveedor, protector y procreador.
Como proveedor, cada hombre debería aspirar a ser responsable económicamente en su hogar, aunque eso a veces implique reconocer que su pareja puede manejar mejor el dinero y apoyarla en eso. Él mismo cuenta que cuando tuvo hijos, su esposa ganaba más y él se quedó en casa para encargarse de la organización y el cuidado familiar.

Sobre ser protector, dice que es el instinto básico de cualquier hombre. No solo proteger físicamente, sino también defender a los demás de injusticias o críticas. Cree que ser hombre implica cuidar y proteger, incluso en temas sociales o de minorías, aunque no siempre se esté de acuerdo con todo.
Finalmente, la parte de procreador, que para él es más que solo tener hijos: es usar el deseo de formar pareja y familia como motivación para crecer y conectar profundamente con otros.
Un dato que mueve: hace 40 años, el 60% de los treintañeros tenía hijos en casa; hoy solo es el 27%. ¿Será por no querer formar familia o porque las condiciones económicas y la vida social, con apps y todo, complican las cosas?
Scott reconoce que este tema es delicado y que muchos pueden usar esta brecha para alimentar resentimientos. Pero deja claro que la empatía no es un juego donde uno gana y otro pierde. Cuando hay suicidios, la mayoría son hombres, y quienes más desean que los hombres sean más fuertes y viables son las mujeres, porque no pueden prosperar solas.
A los jóvenes les dice que fracasan cuando culpan a otros: a las mujeres, a los inmigrantes o a las circunstancias, en lugar de buscar su propio camino.
El mensaje final es claro: aunque las mujeres aún enfrentan grandes retos, es justo reconocer que los hombres jóvenes están en problemas serios y que necesitan apoyo para salir adelante.