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Después de semanas de protestas y tensión, la situación en Venezuela ha dado un giro significativo. Edmundo González, el candidato opositor que, según las actas divulgadas por la oposición, ganó las elecciones del 28 de julio con gran ventaja, ha solicitado asilo en España y ya se encuentra en Madrid.
Mientras tanto, Nicolás Maduro, el presidente cuestionado y proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE)—un organismo controlado por el chavismo que nunca presentó las actas oficiales—se queda sin su principal adversario en el país. Todo indica que Maduro seguirá en el poder más allá de su mandato que termina en enero.
González, de 75 años y diplomático de carrera, se convirtió en el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) después de que a María Corina Machado, la principal opositora, se le impidiera participar en las elecciones debido a supuestas irregularidades en su declaración de bienes. Esta decisión fue calificada por Machado como una inhabilitación ilegal. Su sustituta, Corina Yoris, también fue excluida, dejando a González como el único candidato opositor.
En su último comunicado desde Madrid, González dijo que su decisión de dejar Venezuela se basó en el deseo de evitar más conflicto y sufrimiento en el país. No hizo referencia al polémico resultado de las elecciones ni a un plan para asumir la presidencia desde el exterior.
Desde el 2 de septiembre, González enfrenta una orden de arresto por diversas acusaciones, incluyendo usurpación de funciones y conspiración, relacionadas con la publicación en línea de las actas del CNE. Sin embargo, Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela, ha anunciado que el caso será cerrado ahora que González está en España.
Con la salida de González, parece que Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, continuará en funciones y se prepara para jurar un nuevo mandato el 10 de enero de 2025, ya sea legítimo o no. Maduro expresó respeto por la decisión de González y le deseó éxito en su nueva vida en España.
María Corina Machado, la líder opositora que permanece en Venezuela, insiste en que González es el presidente electo y promete seguir luchando desde el país junto con la diáspora para hacer valer la voluntad del pueblo. Machado no tiene una orden de arresto en su contra, a diferencia de González.
En el ámbito internacional, Estados Unidos, Argentina, Ecuador, Costa Rica, Uruguay y Panamá han reconocido la victoria de González, mientras que Chile y la Unión Europea no aceptan el triunfo de Maduro. En respuesta, el Gobierno venezolano rompió relaciones diplomáticas con varios países, incluyendo Argentina y Chile. Brasil, México y Colombia han adoptado una postura más cauta, pidiendo mayor transparencia sin cuestionar directamente a Maduro.
En cuanto a las protestas, que han dejado al menos 25 muertos y más de 1,700 arrestos, la situación parece estabilizarse con la validación de los resultados por parte del Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, la salida de González podría reactivar las movilizaciones o consolidar la calma, considerando que Machado sigue en Venezuela.
La crisis poselectoral en Venezuela entra en una nueva fase, cargada de incertidumbre y desafíos para el futuro del país.
