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151 evangelistas que fueron desplazados de las comunidades de Coamila y Rancho Nuevo, en el municipio de Huejutla, podrán regresar a sus hogares, pero antes tendrán que pagar una serie de cuotas. Desde abril, estos evangélicos se han estado acomodando en un auditorio en Colalambre, que está a unos 30 minutos de sus hogares originales.
En una conferencia de prensa, Margarita Cabrera Román, directora de Asuntos Religiosos del Gobierno de Hidalgo, explicó que las disputas entre los habitantes de estas dos comunidades vienen de hace 12 años. La comunidad está dividida entre los católicos y los miembros de la Iglesia Bautista Fundamental La Gran Comisión.
En abril, los evangélicos abandonaron sus comunidades y se instalaron en el auditorio de Huejutla después de enfrentar problemas como la suspensión de servicios básicos como agua y luz debido a su falta de cooperación en las labores de la iglesia católica local.
Desde entonces, se han llevado a cabo 17 diálogos entre los afectados, las autoridades municipales, estatales y federales. Según Cabrera Román, después de tres semanas de trabajo, los evangélicos han expresado su disposición para pagar las cuotas necesarias y volver a sus propiedades. Los vecinos de Coamila y Rancho Nuevo también están dispuestos a recibir el pago, aunque aún no se han especificado los montos ni otras posibles condiciones.
Por ahora, los diálogos continuarán y se definirán los detalles sobre los pagos según las costumbres locales. Mientras tanto, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) ha contado que los 151 miembros de la Iglesia Bautista siguen en el auditorio de Colalambre, donde se encargan de sus necesidades diarias como comida, lavandería y descanso.
