Las remesas hacia México continúan en aumento, marcando 46 meses consecutivos de crecimiento anual. Sin embargo, en febrero de 2024, aunque el flujo de recursos alcanzó los 4 mil 510 millones de dólares, representando un incremento del 3.75% respecto al año anterior, el valor real de estas transferencias disminuyó un 8.8%, afectado por la inflación y la apreciación del peso.
A pesar de esta tendencia alcista, expertos advierten sobre señales de desaceleración en este flujo de recursos. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público pronostica una disminución en las remesas, atribuida al agotamiento de los apoyos gubernamentales en Estados Unidos y a una posible reducción en la dinámica del mercado laboral en ese país.
El aumento en el flujo de remesas durante el periodo de mayo a diciembre de 2020 se vio impulsado por estímulos fiscales y programas de transferencias directas en Estados Unidos, que beneficiaron a millones de migrantes mexicanos. No obstante, el crecimiento del 3.75% en febrero de 2024 refleja una desaceleración con respecto a años anteriores.
En 2021, las remesas alcanzaron su mejor desempeño en 15 años, con un crecimiento del 25.9%, impulsado por la rápida recuperación económica en Estados Unidos. Sin embargo, desde noviembre de 2023 hasta febrero de 2024, el crecimiento en el flujo de remesas ha sido mínimo, poniendo en riesgo la racha alcista.
Aunque aún no se observa una reducción anual en el flujo de remesas en la economía mexicana en el acumulado de enero a febrero, se espera una disminución en comparación con el año pasado, debido a factores como el agotamiento de los apoyos gubernamentales en Estados Unidos y un mercado laboral menos dinámico.
En resumen, mientras que las remesas han mantenido una trayectoria ascendente durante casi cuatro años consecutivos, existen indicios de un posible estancamiento o incluso una disminución en el futuro cercano, influenciado por diversos factores tanto internos como externos, incluyendo el contexto político en Estados Unidos.