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El estado de Florida se enfrenta a una ardua tarea de restauración del suministro eléctrico y limpieza de escombros después de que el huracán Idalia dejara miles de hogares a oscuras a lo largo de su costa oeste. Los apagones han dejado a miles de residentes lidiando con el calor sofocante que se ha instalado en la región.
Idalia tocó tierra este miércoles por la mañana como un poderoso ciclón de categoría 3, el más fuerte en golpear la zona conocida como Big Bend en más de un siglo, resultando en una marejada ciclónica récord. Hasta el jueves por la noche, más de 90,000 hogares y empresas en varios condados informaron cortes de energía.
El gobernador Ron DeSantis señaló que la prioridad principal es restablecer la electricidad en la región del Big Bend, que sufrió el mayor impacto de la tormenta. Esto se vuelve aún más urgente ya que las temperaturas podrían alcanzar los 35 grados Celsius en la zona este viernes, y algunas áreas carecen de agua corriente limpia.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. han movilizado recursos para ayudar en la restauración del suministro eléctrico. Sin embargo, la combinación de calor y humedad ha hecho que las temperaturas se sientan aún más altas.
A pesar de la devastación causada por Idalia, la respuesta y el seguimiento de las advertencias de evacuación se han traducido en un bajo número de muertes relacionadas con la tormenta. El gobernador DeSantis elogió la precisión de los pronósticos y la respuesta de los ciudadanos y funcionarios locales.
El huracán Idalia, aunque causó daños significativos, podría haber sido mucho peor, y esto se atribuye en parte a la precisión en los pronósticos y a las decisiones de evacuación de la población, demostrando la importancia de la preparación y la respuesta efectiva en situaciones de desastre.
