El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó sus dudas sobre la entrega de 15 mil millones de pesos destinados a los damnificados de Acapulco, que la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, prometió reembolsar a la Tesorería de la Federación. López Obrador sugirió que existen presiones y conservadurismo dentro de la estructura de la Corte, lo que podría estar obstaculizando la concreción de esta acción. Enfatizó que Piña formalizó su intención en un oficio, pero desde entonces no ha habido avances significativos.
El mandatario señaló que, aunque Piña demostró su voluntad de entregar los fondos para la atención de la emergencia en Guerrero, parece estar rodeada de intereses y presiones que podrían haber influido en su cambio de parecer. López Obrador reconoció la intención inicial de la presidenta de la Corte de buscar una solución y ayudar a los damnificados, pero sugirió que las presiones externas podrían haber modificado su posición. Afirmó que esta situación refleja los desafíos que enfrenta una autoridad que no es libre y que está sujeta a influencias de grupos de interés.
Respecto a los múltiples recursos legales presentados en respuesta a la propuesta de Piña, López Obrador indicó que será interesante ver cómo se resuelven, aunque señaló que es probable que la propia Corte tome la decisión final. Insistió en que la eliminación de los fideicomisos no afecta los derechos laborales de los trabajadores, ya que el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados garantiza el pago de salarios y prestaciones.
En cuanto a los motivos que podrían haber detenido la entrega de los recursos, el presidente sugirió que Piña pudo haber enfrentado presiones y críticas después de formalizar su oferta. Planteó la posibilidad de que la presidenta de la Corte haya cambiado de opinión debido a la reacción adversa de ciertos sectores, lo que podría haber influido en su decisión de no seguir adelante con la entrega de los fondos destinados a Acapulco.