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Rusia ha lanzado un furioso contraataque en la región fronteriza de Kursk, un área que el mes pasado fue sorprendida por una incursión ucraniana que llevó el conflicto a territorio ruso.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, comentó en una conferencia de prensa este jueves sobre la nueva ofensiva rusa: “Los rusos han iniciado una contraofensiva”. Este es el primer comentario oficial desde que comenzaron los informes de las acciones rusas en Kursk.
¿De prisioneros a soldados? Ucrania ha anticipado esta reacción rusa, y la contraofensiva está alineada con el “plan ucraniano”, según Zelensky. En declaraciones anteriores, Zelensky mencionó que el ataque sorpresa en Kursk fue solo el primer paso de un “plan de victoria” de cuatro fases.
El Ministerio de Defensa ruso informó que sus tropas han “penetrado” la región de Kursk, capturando 10 asentamientos. Un video en redes sociales, mostraba a un grupo de asalto mecanizado ruso en el asentamiento de Snagost, en la parte occidental del territorio ucraniano.
El 6 de agosto, las fuerzas ucranianas llevaron a cabo un ataque relámpago en Kursk, sorprendente incluso para las autoridades estadounidenses. Este fue el primer ataque extranjero en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial, con miles de soldados armados con equipamiento pesado cruzando la frontera.
Este ataque reveló que, a pesar de la superioridad numérica y de blindados de Rusia, su ejército es vulnerable. La ofensiva forzó a Rusia a reforzar sus defensas rápidamente. Funcionarios estadounidenses informaron que Moscú tuvo que desviar miles de tropas de otros territorios ocupados en Ucrania para enfrentar la amenaza. Además, el presidente ruso, Vladimir Putin, se vio obligado a recurrir a conscriptos, rompiendo su promesa de no usarlos en el frente.
La semana pasada, Zelensky indicó que Ucrania había capturado alrededor de 100 asentamientos en Kursk y 1.300 kilómetros cuadrados de territorio. Uno de los objetivos del ataque era desviar a las fuerzas rusas de la línea del frente en el este de Ucrania, donde aún avanzan gradualmente. También se buscaba levantar la moral del ejército ucraniano tras varios meses difíciles.
Expertos comentaron que la táctica de Ucrania de abrir una brecha en la frontera rusa, planeada en secreto absoluto, sorprendió incluso a los aliados más cercanos de Kyiv y cambió el curso de la guerra que lleva más de dos años.
En una declaración conjunta el domingo, Bill Burns de la CIA y Richard Moore del MI6 respaldaron la incursión ucraniana en Kursk. Moore dijo que la invasión cambió la narrativa, mientras que Burns la calificó como un logro táctico significativo.
Por otro lado, los bombardeos rusos mataron a tres empleados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el este de Ucrania, según Zelensky. Los trabajadores fallecieron cuando sus vehículos fueron alcanzados mientras preparaban la distribución de leña y carbón.
El CICR confirmó que los trabajadores estaban claramente identificados con el emblema de la Cruz Roja. La organización ha pedido que se respete el derecho internacional humanitario para proteger a quienes realizan actividades humanitarias.
Zelensky calificó el bombardeo al equipo del CICR como otro “crimen de guerra ruso”.
