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La Secretaría de Marina (Semar) ha propuesto un ambicioso plan para expandir el Puerto de Dos Bocas en Tabasco, utilizando relleno marino para crear 47 hectáreas adicionales de terreno. Esta iniciativa, con un costo estimado de 2,501 millones de pesos, busca responder a la necesidad de más espacio tras la construcción de la Refinería Olmeca. La propuesta incluye nuevas áreas para infraestructura relacionada con hidrocarburos y la rehabilitación de muelles existentes, pero enfrenta obstáculos legales y medioambientales.
El proyecto se presenta como una solución a la escasez de terreno tras la inauguración de la Refinería Olmeca, un proyecto emblemático del gobierno de AMLO. Sin embargo, la propuesta ha sido recibida con críticas por sus potenciales impactos ecológicos, dado que el relleno marino puede afectar gravemente los ecosistemas costeros y la biodiversidad marina en la región.
Las autoridades de la Semar han defendido la viabilidad del proyecto, argumentando que es necesario para impulsar el desarrollo económico de Tabasco y fortalecer la infraestructura portuaria del país. Sin embargo, los críticos señalan que la expansión del puerto podría provocar erosión costera, afectar la pesca local y alterar los patrones de corrientes marinas, generando un impacto negativo en el medio ambiente y en las comunidades pesqueras de la zona.
El plan de Semar ya ha sido presentado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para su evaluación ambiental. No obstante, este proceso puede enfrentarse a múltiples desafíos, incluyendo la necesidad de cumplir con rigurosas normativas ambientales y obtener permisos que podrían retrasar la ejecución del proyecto.
Activistas y organizaciones ambientalistas han manifestado su oposición al proyecto, advirtiendo que el relleno marino es una práctica controvertida que podría tener repercusiones a largo plazo en la salud del ecosistema costero. Estas preocupaciones han llevado a algunos a exigir una evaluación de impacto ambiental más exhaustiva y transparente antes de proceder.
En medio de estas controversias, el gobierno de AMLO se encuentra bajo presión para equilibrar las necesidades de desarrollo económico con la protección del medio ambiente. El resultado de este proyecto podría tener implicaciones significativas no solo para el estado de Tabasco, sino también para la política de infraestructura y medio ambiente del país.
El futuro del Puerto de Dos Bocas y la viabilidad del proyecto de expansión a través del relleno marino dependerán de cómo se manejen estos desafíos, así como de las decisiones que tomen las autoridades en respuesta a las preocupaciones públicas y ambientales.
