El Senado de la República aprobó la reforma que transfiere el control operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Con 86 votos a favor y 42 en contra, la medida impulsada por el presidente López Obrador busca fortalecer el control militar de esta fuerza de seguridad. La oposición criticó la decisión, señalando que representa un paso hacia la militarización del país, violando el carácter civil de la Guardia. La reforma será enviada a los congresos estatales para su ratificación final.
El oficialismo defendió la iniciativa argumentando que la Sedena garantizará una mayor disciplina y eficacia en la operación de la Guardia Nacional. Señalaron que la Policía Federal fue un ejemplo de corrupción e ineficiencia, y que este cambio pretende evitar repetir esos errores. A pesar de las críticas, el bloque mayoritario de Morena y sus aliados insistieron en que la Guardia Nacional seguirá respetando los derechos humanos y actuará bajo un mando civil, pero con una estructura y formación militar.
La oposición, por su parte, advirtió que esta reforma socava la confianza en las instituciones civiles y genera preocupaciones sobre un mayor control militar en áreas que tradicionalmente han sido competencia civil. También acusaron al gobierno de no respetar los compromisos establecidos en la Constitución para mantener la naturaleza civil de la Guardia Nacional.
El siguiente paso es la revisión y votación de la reforma en los congresos locales, donde Morena tiene presencia significativa, lo que sugiere que la aprobación final podría estar asegurada. Sin embargo, la discusión continuará a nivel público, ya que este tema ha generado una gran polarización en el país.
Los críticos también mencionaron que esta reforma se enmarca en un contexto de creciente militarización del gobierno de López Obrador, quien ha otorgado a las Fuerzas Armadas más responsabilidades, no solo en seguridad, sino también en infraestructura y otros proyectos públicos.