Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, ha extendido una invitación al presidente ruso Vladimir Putin para asistir a su toma de posesión en diciembre, lo que ha causado revuelo tanto a nivel nacional como internacional. La invitación ha sido vista por algunos como un intento de fortalecer la relación bilateral entre México y Rusia. Sin embargo, ha generado críticas debido a la actual situación geopolítica, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia por varios países occidentales.
Los críticos de la decisión argumentan que la presencia de Putin podría enviar un mensaje contradictorio a los aliados de México, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea, que han tomado una postura firme contra la invasión rusa en Ucrania. Algunos analistas también señalan que la invitación podría tener repercusiones diplomáticas y económicas, afectando las relaciones de México con otras naciones.
Por otro lado, los defensores de la invitación argumentan que se trata de un gesto diplomático tradicional y que la asistencia de Putin podría abrir nuevas oportunidades de cooperación en áreas como energía y comercio. La administración de Sheinbaum aún no ha comentado en detalle sobre los motivos detrás de la invitación, pero es claro que la decisión ha puesto a México en el centro de una delicada discusión internacional.
A medida que se acerca la fecha de la toma de posesión, la invitación a Putin sigue siendo un tema polémico que podría influir en las relaciones exteriores de México durante el mandato de Sheinbaum. La respuesta de la comunidad internacional y el propio Putin en cuanto a si asistirá o no a la ceremonia serán aspectos cruciales a observar en las próximas semanas.